Salvo honrosas excepciones, los grandes complejos industriales se caracterizan por impactar negativamente con su actividad la región donde se encuentran asentados, afectando tierras, aguas, aire y en general los recursos naturales de los que se sirven directa o indirectamente para sus procesos.
Tal es el caso de Lala, una de las principales empresas de productos lácteos que opera en México y la cual ha sido acusada en varias ocasiones de dañar el entorno natural de las zonas donde se localizan sus plantas.
El día de ayer, según reporta el diario La Jornada, el presidente municipal de Nazas, en el estado norteño de Durango, denunció que la empresa está robando el agua de la demarcación que administra debido a que por su actividad industrial ya agotó los mantos freáticos de otros municipios, entre ellos Gómez Palacio y Torreón (Coahuila).
“Esta gente llegó a Nazas y en las tierras que compraron empezaron a perforar varios pozos de agua, declaró Darío Medina Reyes, agregando que la empresa se aprovechó de los dueños de los terrenos pagándoles en promedio 25 mil pesos por cada hectárea. Además del cultivo de alfalfa, destinada al ganado lechero, Lala extrae agua del subsuelo.
Lala por su parte asegura que posee la aprobación de la Comisión Nacional del Agua del gobierno federal tanto para explotar los mantos freáticos de la zona como para, en caso de que estos se agoten, buscar más agua en zonas aledañas.
Por esta razón otra de las quejas del presidente municipal de Nazas es que autoridades de mayor rango simplemente ignoran el problema.
[La Jornada]