El jueves pasado la Tierra alcanzó el nivel más alto de dióxido de carbono, con 400 partes por millón. Es la primera vez en la historia que se registra esa cantidad del gas.
Alcanzar este umbral representa un fracaso global: “simboliza que hasta ahora hemos fallado miserablemente en nuestros intentos por deshacernos del problema” dijo al New York Times Pieter P. Tans, director del programa de monitoreo en la National Oceanic and Atmospheric Administrations.
En The Guardian, George Monbiot sentencia la cifra de 440 ppm como un “momento significativo en el camino de la idiotez”. El problema es el poder dominante de las compañías de combustibles fósiles.
El poder de las compañías de combustibles fósiles es demasiado. Aquellos quienes buscan y obtienen los combustibles son personas que se caracterizan por una completa ausencia de empatía o escrúpulos, quienes toman el dinero o las instrucciones de cualquier corporación o billonario que se las ofrece, y luego defienden esos intereses en detrimento del presente y el futuro de la humanidad.
George Monbiot opina que el pico en los niveles de CO2 refleja un profundo fracaso de la política. La democracia ha sido secretamente suplantada por una plutocracia desinteresada en crear una reforma que reduzca el problema y con prioridades que implican fortalecer las redes de corrupción. De esta manera nuestras posibilidades de mejorar la situación atmosférica están completamente desvanecidas.
El movimiento del cambio climático 350.org, que ha hecho campañas acerca de los niveles de CO2, creó un sitio web destinado a la reflexión de los niveles alcanzados últimamente.
Bill McKibben, cofundador de 350.org escribió que “La única pregunta ahora es si el aumento implacable de carbono provocará un aumento implacable de activismo para detenerlo”.
[Common Dreams]