El humano podrá generar todas las divisiones ideológicas, geopolíticas e incluso hasta físicas, pero la naturaleza no conoce de fragmentaciones. Donde una vez se elevó una pared de hierro que separó a las dos Alemanias con el Muro de Berlín, ahora renace una reserva natural, un monumento vivo a la reunificación. Así es el Cinturón Verde de Alemania que alberga a especies en peligro de extinción.
La Guerra Fría trajo múltiples desgracias y sufrimientos de manera pasiva. Si bien la culminación de la Segunda Guerra Mundial se dio décadas atrás y con esto el cese a las armas. Las divisiones políticas e ideológicas mantuvieron fragmentada a una nación que de por sí ya sufría las consecuencias de su gobierno y la derrota. Pero este lapso de 40 años que duró la Guerra Fría, trajo también cosas positivas para la naturaleza. Y una de ellas fue precisamente el descanso.
Das Grüne Band
Más de una década antes de que el Muro de Berlín viera su fin y terminara siendo derrumbado, un trío de activistas ambientales conformado por Inge Sielman, Kai Frobel y Hubert Weiger decidieron aprovechar este descanso para la naturaleza y convertir la tragedia en algo positivo. Con poca invasión urbana, la frontera era el lugar idóneo para cuidar de la tierra y ayudar a renacer una mancha verde en un país postguerra. Así concibieron el proyecto Das Grüne Band (Cinturón Verde) en la década de 1970.
El Cinturón Verde se convirtió en una franja de tierra de 1,400 kilómetros. Una franja extensa que corre a lo largo de lo que una vez marcó la frontera entre Alemania del Este y Oeste. Sus precursores aprovecharon las condiciones ambientales únicas de la ahora tierra de nadie y que alguna vez fuera llamada la ‘franja de la muerte’. Se encargaron de mantenerla intacta, sin invasión de la mancha urbana y así renació de entre los escombros una reserva natural, un ‘paisaje de la memora’ que representa un ‘monumento vivo a la reunificación’ alemana.
Un refugio para la vida silvestre
Hoy en día la única ideología que permea el lugar no es ninguna socialista o capitalista, sino el simple espíritu de conservación natural. El Cinturón Verde es actualmente el hogar de parajes verdes rebosantes de especies que han sido desplazadas desde otras áreas. En total, se estima que en este preciado lugar habitan más de 1,200 especies de animales y plantas. Muchas de las cuales se encuentran actualmente en peligro de extinción.
Aquí se pueden observar todavía en estado silvestre a especies raras como la cigüeña negra, la nutria euroasiática, el gato montés y la rana arborícola europea. Más del 90% de las especies de aves consideradas en peligro de extinción en sitios como Bayern, se encuentran en el Cinturón Verde. Es uno de los mayores refugios animales silvestre con los que todavía cuenta Alemania.
La naturaleza siempre reclama lo que le pertenece y ninguna guerra o división geopolítica la detiene. El Cinturón Verde de Alemania es un claro ejemplo de ello. Con el descanso del acecho humano y manos amigas que la ayuden a mantenerse libre de las actividades antropogénicas, la naturaleza es capaz de resurgir de entre las cenizas. Porque para el mundo natural, las divisiones no existen, esas sólo existen en la mente de los humanos.