La manera en que vivimos la Navidad hace que esté basada en el consumismo, entre otros motivos, por la tradición de los regalos. Nuestra preocupación se centra en ser atinados con los gustos y expectativas de las personas que recibirán nuestros presentes. Pero, ¿alguna vez has pensado en la gran cantidad de basura que generamos colectivamente?
Si al momento de comprar tus regalos también pensaras en los desperdicios que generan, y ello también te sirviera de brújula para hacer tus elecciones, ¿cambiarían mucho tus decisiones de compra? Seguramente sí… Cuando llegan este tipo de fechas es necesario que la mentalidad deje de centrarse en las necesidades del individuo y sus seres queridos, para sustituirla por una mentalidad colectiva y medioambientalista.
Aunque pudieran parecer obviedades, si cada uno desde la esfera individual siguiera estos consejos, seguro que se generaría un cambio notable en cuanto a la producción de desechos en épocas navideñas: