Incluso en el lugar más inhóspito de la Tierra, hay vida. Lo sabemos gracias a un reciente descubrimiento sobre plantas y flores en la Antártida, el cual despertó el interés sobre lo que podría sobrevivir o no en ese lugar del planeta. Aunque es raro observar flores en la Antártida y no es buena señal (según apuntan científicos), hay seres vegetales que han aprendido a vivir en las duras condiciones del hielo.
Para la mayoría de la flora, el ecosistema árido de la Antártida no ayuda para evolucionar. Sin embargo, hay plantas que prosperan a pesar de las condiciones. Pero…
¿Cómo llegaron las plantas a la Antártida?
Mucho antes de que el ser humano poblara la Tierra, específicamente hace unos 200 millones de años, la Antártida estaba conectada a un supercontinente conocido como Gondwana. En Gondwana se encontraba lo que hoy conocemos como África, India, Australia, América del Sur y la Antártida.
En este supercontinente, florecieron miles de especies de plantas durante millones de años. Pero, una vez que surgió la ruptura continental, lo que hoy es Antártida se trasladó hacia el Polo Sur y pronto las condiciones se volvieron más complejas.
Con un clima frío, seco y prácticamente inadecuado para algunas formas de vida, todo se convirtió en restos fosilizados. Pero son esos restos los que cuentan la historia de una Antártida que antes era un paraíso verde.
Las flores y plantas que crecen en la Antártida
El calentamiento global es sin duda un escenario que complica la existencia. Pero no compromete la vida en general, en realidad solo la humana y la de otras especies. Mientras la temperatura global se eleva creando un panorama complejo para el ser humano, el calor ayuda a que renazcan algunos escenarios del pasado.
Hasta ahora, las dos únicas plantas con flores nativas de la Antártida son la Deschampsia antarctica y la Colobanthus quitensis. Estas son mejor conocidas como la hierba de pelo antártico, unos pequeños mechones que se concentran en áreas rocosas; y la perla antártica, una flor que parece un cojín o una nube. Pero también están las plantas sin flores; tan sólo en la Antártida hay cerca de 100 especies distintas de musgos, 30 de hepáticas, cerca de 700 de algas y 250 de líquenes, literalmente es un paraíso de plantas.
En cierto sentido, la existencia de flores y plantas en la Antártida no es tan extraña, pues en el pasado fue una tierra verde. No obstante, la preocupación viene de un reciente estudio que descubrió que la cantidad de perla antártica aumentó un 154%, mientras que el musgo un 28%.
Las cifras son el indicio de un deshielo importante, un aumento en la temperatura que ayuda a expandir la presencia de plantas, pero que también brindará períodos más cálidos y que también puede generar un aumento del nivel mar. Todos los escenarios que sin duda ponen en riesgo la existencia humana.