Si alguna vez has escuchado que no puedes cambiar el clima desde casa, la verdad es que sí puedes. En defensa de las acciones individuales para enfrentar la crisis climática, debemos decirte que el virus que la alimenta es el capitalismo.
Exactamente: tu huella de carbono no es invisible, y las actividades que llevas a cabo tienen mucho que ver. Algunos artículos realmente impactantes aseguran que la crisis ambiental es en realidad una idea imaginaria propuesta por los grandes contaminantes para culparnos del cambio en el planeta.
Es cierto que distintas empresas han lanzado campañas para elevar nuestra conciencia sobre la contaminación. Pero esto no nos da el derecho de ser irresponsables con el ambiente, sólo porque creemos que los grandes corporativos nos están lavando el cerebro. Hay ideas realmente extremas cuando se trata de evitar nuestra responsabilidad con el medioambiente. En general, no se trata de culpar a alguien porque, en todo caso, la crisis climática es provocada por cada individuo (en mayor o menor medida).
Por supuesto, las empresas y otros grandes grupos pueden provocar más contaminación que una sola persona. No obstante, dejar de responsabilizarnos por nuestra huella de carbono nos convierte automáticamente en seres egoístas. ¿Acaso somos los únicos que vivimos en este mundo?

Gittemary
A partir de acciones individuales se acumula una acción colectiva que hace frente a la crisis climática
Ciertamente, es iluso responsabilizar únicamente a los individuos, mientras las empresas generan toneladas de contaminación. Pero seamos honestos: el cambio social se construye sobre la base de la práctica individual. Si no hacemos de la responsabilidad ambiental una práctica diaria, jamás veremos un verdadero resultado.
En este sentido, tenemos un consejo bastante útil: si queremos que las leyes cambien, que los gobiernos regulen y que las empresas se responsabilicen, es más útil liderar el cambio. Por ejemplo, si quieres que tu cafetería favorita deje de ofrecer popotes o pajitas, empieza a llevar un vaso reutilizable cuando vayas ahí.
Desde los actos individuales podemos marcar el rumbo de grandes cambios. Nos hace falta confiar más en nosotros mismos y dejar de esperar a que los más grandes actúen por nosotros. Si cada individuo comprende que sus acciones producen cambio, pronto el esfuerzo será colectivo y tendrá resultados a gran escala.