No hacen falta más que pequeñas fisuras oscuras para que los microbios encuentren un hogar acogedor bajo la tierra. Se instalan en los rincones menos pensados y de hecho, forman parte de un mundo apenas conocido por el hombre, pero que supera en masa a muchas formas de vida visibles. Se estima que la biósfera profunda, como se le conoce a la vida microbiana subterráneas, representa el 20% del total de biomasa en la Tierra. Y un nuevo estudio arroja luz sobre cuándo comenzaron a poblar el planeta, quizá llevan más de mil millones de años debajo de la tierra y esto cambia lo que entendemos por el surgimiento de la vida.
Microbios bajo tierra: un mundo desconocido
Los ecosistemas microbianos que habitan en lo más profundo de la tierra, en regiones donde el hombre apenas si puede llegar, son determinantes para comprender el origen de la vida en el planeta. De esta manera se obtiene información sobre la línea evolutiva desde tiempos primigenios y finalmente comprender en dónde radicó el éxito de esta. Sin embargo, los paisajes subterráneos poco han sido explorados por la dificultad para acceder a ello, pese a que ahí podría estar la clave más importante.
Los microbios suelen habitar a una profundidad de casi 5 kilómetros bajo la superficie terrestre, e incluso se piensa que podrían extenderse mucho más allá. Se conoce poco sobre su evolución y cómo los microbios más actuales están relacionados con sus ancestros más antiguos. Para tener mejor luz en la comprensión de esto, un equipo de investigación de las universidades de Arizona en EEUU y de Linnaeus en Suecia, investigaron las rocas conocidas como cratones precámbricos. Que son unas de las rocas más antiguas del planeta todavía presentes en nuestra era.
Con esto pretenden conocer dónde y cuándo los microbios del subsuelo deberían haber estado activos en la Tierra hace millones de años. Y los resultados revelan datos sumamente interesantes que agregan nueva información a la comprensión del origen de la vida. Según Henrik Drake y Peter Reiners, autores de la investigación, los cratones precámbricos albergan microorganismos que obtienen su energía del consumo de nutrientes. Entre estos se incluye el carbono orgánico escasamente disponible, pero además también obtienen energía de las reacciones químicas entre fluidos y rocas. Gracias a esto, los autores estiman que hace unos cientos de millones de años, las bacterias subterráneas y las arqueas, que ahora componen el 90% del total de vida en la Tierra, anteriormente componían una fracción todavía más elevada a esta en el pasado.
Reiners dice que la “evolución, en particular la evolución de sus metabolismos, cómo obtienen energía y qué elementos químicos ‘comen’ y ‘defecan’, proporciona información clave sobre la evolución de todas las demás criaturas”. También dijo que algunos investigadores piensan que la vida pudo haber evolucionado primero debajo de la superficie de la Tierra. Lo que cambiaría por completo lo que conocemos hasta ahora del surgimiento de la vida.
El comienzo de la vida subterránea
“Las rocas cratónicas se formaron hace miles de millones de años, a menudo en lo profundo de la corteza, a temperaturas demasiado altas para cualquier vida”, explica Reiners. “Fue sólo mucho más tarde, después de la erosión, que las rocas actualmente expuestas alcanzaron niveles en la corteza donde las temperaturas eran habitables”.

Cratón precámbrico
En ese sentido, la habitabilidad de las rocas se ve reducida en el tiempo. No obstante, la activación de las condiciones de vida de todas formas nos arroja hasta cientos o miles de millones de años atrás. “El este de Finlandia, Groenlandia y quizás partes del escudo canadiense se ven particularmente interesantes, con condiciones habitables que se remontan a mil millones de años o incluso más”, concluye Reiners. Y hace hincapié en que la búsqueda de más pistas para comprender cómo evolucionaron los microbios bajo tierra, debe centrarse en rocas como los cratones. Sólo de esta manera podremos comprender la evolución microbiana profunda, una gran red de vida que sigue misteriosamente invisible ante nosotros.
Referencias:
Drake, H. Reiners, P.(2021). Thermochronologic perspectives on the deep-time evolution of the deep biosphere. Proceedings of the National Academy of Sciences. 118, (45). DOI.