La historia geológica es sumamente apasionante, permite comprender los procesos por los que ha atravesado nuestro planeta. Quizá la vida humana es tan efímera comparada con los millones de años de la Tierra, que nos es difícil imaginar por todo lo que esta ha atravesado. Lo que hoy se alza como terreno firme, en el pasado pudo estar en las profundidades del océano y viceversa. Así, investigadores han descubierto sumergido en el Golfo de México, un frondoso bosque de cipreses. Y sus características son tan asombrosas que se ha convertido en un laboratorio viviente para los biólogos.
60 mil años atrás, el Golfo de México no se hallaba debajo de las profundidades de las aguas oceánicas. Sino que era tierra firme y sobre ella se extendía un gran bosque de cipreses, rico en biodiversidad. En 2004, tras el paso del huracán Iván sobre las costas del Caribe, los restos del bosque de cipreses emergieron de entre las profundidades.
Más tarde, investigadores decidieron emprender una aventura para descubrir qué yace ahí escondido. El bosque en el Golfo de México se ha convertido en un laboratorio viviente para los biólogos. Gracias a esto, sabemos que la poca cantidad de oxígeno ha mantenido la madera de los árboles intacta. Actualmente son ricas en bacterias y en ellas viven moluscos bivalvos, una especie de moluscos que presentan un caparazón compuesto de dos conchas.
Subida violenta del nivel del mar
En el momento en que el bosque vivió sobre tierra firme, el nivel del mar se encontraba aproximadamente 120 metros debajo del nivel actual. En aquel entonces, los registros apuntan a que la Tierra atravesaba por su última era de hielo, así que la temperatura global era mucho más fría que ahora. Esto permitió que los cipreses respiraran aire helado.
Imagen: Sea Change Project
Pero como todo en el planeta tiene un ciclo, la era de glaciación terminó y los cuerpos de hielo se derritieron. Esto ocasionó una subida violenta en los niveles del océano que a su vez, dejó distintos ecosistemas sumergidos en las aguas. Muchos paisajes desaparecieron de la faz de la Tierra, golpeados por pedazos de hielo y corrientes de agua. No obstante, el bosque de cipreses en el Golfo de México fue una excepción, ya que se mantuvo a salvo de toda destrucción y pasó a formar parte del paisaje submarino.
Hoy en día se mantiene conservado gracias a las condiciones del agua y el poco oxígeno del hábitat. Además, en los troncos ha surgido un nuevo ecosistema formado por millones de bacterias que son objeto de estudio para los biólogos. La naturaleza actúa de formas misteriosas, solo debemos dejarnos sorprender para descubrir lugares que parecen salidos de un sueño.