La ciudad de México es una de las ciudades más contaminadas del mundo y cuenta con una población de casi nueve millones de habitantes, muchos de los cuales cruzan la ciudad de extremo a extremo diariamente para ir a su lugar de trabajo. En épocas recientes se han incluido diversas formas de transporte más amigables con el medio ambiente sin embargo, el tamaño de la población (que sigue creciendo rápidamente) dificulta la posibilidad de vivir en una ciudad libre de emisiones nocivas. A pesar de las predicciones un tanto negativas, un nuevo proyecto parece haber encontrado una innovadora solución al problema de la calidad del aire.
El resultado de la alianza entre el hospital Manuel Gea González y una firma de arquitectura alemana resulto en una fachada que neutraliza las emisiones contaminantes. El proyecto utiliza un nuevo tipo de azulejo hecho de Prosolve370e cuya forma y cubierta neutralizan los químicos que componen el esmog. Al ser puestos cerca de calles o vías principales el Prosolve370e es capaz de neutralizar la contaminación producida por 8,750 carros diario.
El proceso químico funciona de la siguiente manera: la pintura que cubre los azulejos está compuesta de dióxido de titanio, un pigmento que le da el color blanco a cosas cómo bloqueadores solares y algunos alimentos y funciona como un catalizador en algunas reacciones químicas. Al hacer contacto con rayos ultravioleta una reacción química ocurre entre los azulejos y el esmog, resultando en la neutralización de la contaminación.
Los resultados de la reacción química son sustancias mucho menos nocivas que la contaminación: nitrato de calcio (una sal utilizada en fertilizantes), dióxido de carbono y agua, el dióxido de carbono no es alterado y continúa trabajando a un ritmo constante.
El diseño estuvo a cargo de una firma alemana llamada Elegant Embellishments. El diseño es particularmente importante ya que aparte de ser agradable a la vista y realmente intrigante ya que la forma potencializa el alcance de la reacción química. La cofundadora de la firma Allison Dring explica que la forma de los azulejos son una “red quasicristalina, crean una omni-direccionalidad, y engrandecimiento de la superficie la cual mejora su habilidad de recibir y dispersar los rayos UV. Además las formas disminuyen la velocidad de los vientos y crean una turbulencia que distribuye mejor los contaminantes sobre las superficies activas.”
El proyecto es el primero de su tipo en México y tiene el potencial de imponer un nuevo estilo arquitectónico para la ciudad y quizá más allá de convertirse en una moda, será una ola de transformación que cambie la percepción de la función de la arquitectura dentro de una ciudad y cambie la manera en la que algunas comunidades perciben la ciudad que los rodea; las paredes pueden dejar de ser objetos inanimados que nos contienen, pueden convertirse en una parte activa de nuestra futura sustentabilidad.
[Fast Co.Exist]