Israel y Hamas: 11 veces en que los crímenes de guerra han perjudicado al medio ambiente

Los crímenes de guerra también significan un peso para el medio ambiente, la víctima invisible de la guerra

Israel y Hamas: 11 veces en que los crímenes de guerra han perjudicado al medio ambiente_Ecoosfera

Los ataques contra civiles de Hamás e Israel constituyen crímenes de guerra también para el medio ambiente

La humanidad siempre ha contado sus víctimas de los crímenes de guerra en términos de muertos y heridos, de ciudades destruidas, de medios de vida arruinados. Sin embargo, el medio ambiente ha sido con frecuencia la víctima olvidada pues estos son una amenaza crítica para la conservación y protección del planeta.

Y es que, al menos el 40% de los conflictos internos registrados en los últimos 60 años han tenido relación con la explotación de los recursos naturales, tanto por su gran valor, como la madera, los diamantes, el oro, los minerales o el petróleo, como por su escasez, como la tierra fértil y el agua.

Ante esa razón, en 2001, la Asamblea General de la ONU declaró el 6 de noviembre el Día Internacional para la prevención de la explotación del Medio Ambiente en la guerra y los conflictos armados. Pero ¿cómo afectan las guerras a la naturaleza? Para entenderlo, tendríamos que ver el reciente conflicto entre Israel y los Hamas. 

Leer más: La guerra de los Huesos continúa: Cazadores son detenidos por robo de huesos de dinosaurio

Los 11 crímenes de guerra contra el medio ambiente que dejo la guerra de Israel y Hamas

Muertos, heridos, destrucción de ciudades enteras son algunos de los desastrosos efectos que se ocasionaron tras la guerra de Israel y los Hamas. Sin embargo, el efecto de las guerras en el medio ambiente pasa desapercibido, pese a suponer un problema medioambiental casi irreversible.

1. Escasez de agua

En Palestina, desde hace años organizaciones como la ONU descubrieron que el daño acuífero era irreversible, dado la utilización de químicos para la desalinización del agua y los pesticidas. Si bien, había pronósticos para trabajar la situación, en 2020 diversas fuentes de agua se consideraron “no recomendable para el consumo humano ni para la agricultura”.

Ahora, si a eso le agregamos que con el colapso de las fuentes naturales de agua potable en Gaza y la incapacidad de los palestinos para acceder a la mayoría de sus fuentes en Cisjordania, el agua se ha convertido en un símbolo potente de afectación ambiental de estos crímenes de guerra. 

Principalmente, porque siete importantes instalaciones de agua y alcantarillado que abastecen a más de un millón de personas han sido alcanzadas por ataques aéreos y han sufrido graves daños, al grado de haber más contaminación del agua. 

2. La falta de comida

Se sabe que dado los bajos suministros de agua, en Palestina la población practicaba una agricultura de “carácter extintivo”, que no da tiempo a que la tierra se recupere, con la utilización de pesticidas y químicos perjudiciales para el medio ambiente.

Ahora, agregando que con la entrada de los crímenes de guerra, la quema de cosechas o la tala de árboles para debilitar al enemigo se vuelven una estrategia importante, no sólo se quita a la población de alimento o cobija, también se dañan los bosques y las tierras lo cual hace imposible su recuperación, es decir, envenenamiento del suelo y deforestación. 

3. Calidad del aire

El consumo de recursos de la industria militar emite un 10% de las emisiones mundiales de CO2. Y si, se le agrega el tiempo de su producción, uso y destrucción genera importantes residuos tóxicos. Para entender esto, en 2021 BBC informó que “la mayor parte de la quema (de combustibles fósiles) ocurrió desde el inicio de la serie “Seinfeld”(1989). Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, la cifra es de alrededor de un 85%”. 

El movimiento de convoyes militares y maquinaria pesada y las explosiones levantan grandes cantidades de polvo que liberan contaminantes atmosféricos y afectan a la flora, la fauna y a la salud humana. Uno de los efectos más característicos en este aspecto sucede con la quema deliberada de grandes cantidades de petróleo, gas o combustible.

4. Enfermedades

La contaminación del agua, el envenenamiento del suelo, la deforestación y la contaminación del aire son algunos de los efectos de la guerra en el medio ambiente. Lo que se traduce en enfermedades, para poner un ejemplo: la exposición a altos niveles de contaminación del aire puede causar una variedad de resultados adversos para la salud: aumenta el riesgo de infecciones respiratorias, enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, las cuales afectan en mayor proporción a población vulnerable, niños y adultos mayores. 

5. Impacto sobre la biodiversidad

La primera repercusión directa de una guerra sobre el medioambiente es el daño contra el paisaje, los hábitats y la biodiversidad. Ya sea por el uso de armas capaces de devastar grandes extensiones de territorio, los enfrentamientos directos, el paso de vehículos y tropas o el simple entrenamiento militar.

Y es que, las maniobras de combate, la construcción de bases o fortificaciones —temporales o permanentes—, las explosiones o los actos de sabotaje ambiental aumentan de forma casi inevitable la erosión del suelo y su degradación. La pérdida de suelo, y, por tanto, de su microbiota, se retroalimenta con otro impacto estrechamente relacionado, la pérdida de cobertura vegetal.

6. Presencia de contaminantes

La presencia de contaminantes, muy frecuentes y abundantes en los conflictos bélicos modernos, afectan negativamente a las comunidades vegetales presentes, y también, a medio y largo plazo, al proceso de regeneración de esos ecosistemas. Lo que termina acabando no sólo con la vegetación del lugar, también con la población tras la exposición a los químicos, lo que hace crímenes de guerra. 

Y es que, estos son origen de perjuicios para las generaciones futuras por la contaminación de territorios, mares y ríos.

7. Aparición de especies invasoras

La contaminación y los daños causados por los conflictos no solo pueden exterminar especies enteras de plantas y animales —sobre todo si son endémicas—, sino que además pueden sustituirlos por especies invasoras. 

Y es que, tras la guerra ocurre desplazamiento de especies, lo que además consigue que algunas lleguen por las condiciones de aire, la tierra o el agua, haciendo que estás se adapten al medio, logren colonizarlo y eliminar las especies autóctonas motivo por lo que se lucha contra ellas.

8. La posibilidad de un fin del manto de la superficie territorial

Tras la primera guerra mundial, se acabó el manto de la superficie territorial. Se deformaron los terrenos, los bosques fueron arrasados, al punto que hoy es imposible el desarrollo de cultivos. Y ahora, con esa información, se sabe que tras la guerra y los ataques en Hamas e Israel, ya existen cultivos dañados que será probable no vuelvan a ser utilizados, incluso bosques que ya no sé recuperaran. La naturaleza no pudo defenderse de la maquinaria de la guerra.

9. Impactos anteriores

Según la clasificación del Observatorio de Conflictos y Medioambiente (Conflict and Environment Observatory) Antes de que estallará la guerra entre ambos países, el impacto de la construcción, el mantenimiento y el transporte de fuerzas y recursos militares produce enormes cantidades de emisiones y vertidos. También consume ingentes cantidades de recursos. El uso permanente del suelo para ensayos militares no es menos extenso.

De hecho, el uso militar ignora o impide el reconocimiento de un territorio, río, valle o montaña como área ecológica protegida.

10. Destrucción, daños, vertidos, emisiones, residuos.

El impacto medioambiental de un conflicto varía en función de quién lucha, dónde lo hace y cómo lo hace, es decir, qué ataca y qué no ataca, es decir, los incidentes pueden producirse cuando las instalaciones industriales, petroleras o energéticas son atacadas deliberadamente, dañadas inadvertidamente o interrumpidas, lo que ocasiona una liberación peligrosa de CO2 para el ambiente y de caza de materiales.

Al haber, cantidades de escombros y cascotes, así como la necesidad de restaurar ingentes cantidades de materia se fomenta la caza furtiva como mecanismo de adaptación a la destrucción de los tejidos económicos, de las viviendas y más. Por ejemplo, a fin de evitar frío y con falta de servicios como la luz, como resultado las comunidades hacen uso excesivo de la madera y el carbón como forma de calefacción. Y esto revierte, una vez más, en el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Los crímenes de guerra también afectan al medio ambiente

11. La afectación de años con los crímenes de guerra

El tránsito de la guerra crea la corrupción, el débil control estatal, la presencia de armas diseminadas, los odios y los rencores cristalizados de los conflictos, la pobreza, la sed y el hambre: todo ello propicia la existencia de comunidades quebradas, y obstruye –como la sal en la tierra– el crecimiento de las subjetividades y conductas capaces de reconstruir las comunidades.

Que sumadas a la deforestación, el poco alimentos incluso en cultivos, la falta de recursos y su explotación, crean una mancha al medio ambiente que tarda fácil años en componerse un 20%. 

Salir de la versión móvil