Repetir muchas veces una mentira no la vuelve verdad. La semana pasada, Don Thompson, CEO de McDonald’s, pudo comprobar esto por sí mismo cuando fue cuestionado por un grupo en defensa de los niños y contra la explotación laboral durante una junta con inversionistas. Las preguntas fueron respondidas a través de una retórica construida durante años de entrenamiento en comunicación corporativa –pero por eso mismo muestran sus fallas argumentativas, las cuales, apenas se les ponga un poco de atención, se revelan como grandes mentiras.
1) “Primero que nada, no vendemos comida chatarra”
Un menú de desayuno en McDonald‘s consta de por lo menos mil calorías, la mitad de lo requerido para la nutrición de un adulto promedio. Tal cantidad de calorías no será aprovechado, por lo que contribuirá a la obesidad (actualmente Estados Unidos es uno de los países con más obesidad infantil, disputándose los primeros puestos con México.)
2) “Vendemos muchas frutas y vegetales en McDonald’s, y ofrecemos acompañamiento de ensaladas en el menu de un dólar”
En 2011, McDonald’s presumió su compromiso con la niñez incluyendo rebanadas de manzana en cada Cajita Feliz™, haciendo que la compañía se convirtiera rápidamente en el mayor comprador de fruta de EU. Sin embargo, McDonald’s es también el mayor comprador de carne (mil millones de toneladas al año) y papas. Suponemos que las papas (hechas a partir de harina deshidratada y conservadores) cuentan como vegetales para Thompson.
3) Afirmar que los nuggets de pollo y la leche baja en grasa de la Cajita Feliz son alimentos saludables
Según el propio sitio web de McDonald’s, los McNuggets de pollo contienen por lo menos 30 ingredientes, incluyendo fosfatos de sodio, fosfato de monocalcio y pirofosfato de ácido de sodio. Es decir, mucha, mucha sal. Por su parte, la “leche baja en grasa” contiene 10 gramos de azúcar añadida; el calcio y la vitamina D no la vuelven una bebida saludable ni recomendable para los niños, pues en sí misma aporta hasta el 75% de los requerimientos calóricos de un niño promedio al día, por lo que su consumo promueve la obesidad infantil.
4) “Muchos hospitales nos han pedido volver o nunca irnos”
Con una agenda sin duda ocupada, Thompson probablemente no leyó la carta firmada por más de 3 mil profesionales de la industria de la salud y hospitales alrededor del mundo donde exigen a McDonald’s dejar de vender comida chatarra a los niños. El endocrinólogo infantil Andrew Bremer incluso le dijo a Thompson:
“El año pasado usted dijo, y cito: ‘Hágame el honor… de no asociarnos con cualquier actividad que sea dañina para los niños.’ Con todo respeto, señor Thompson, eso es justo lo que su corporación está haciendo.” Su respuesta a esta declaración fue la siguiente mentira de nuestra lista:
5) “Ofrecemos comida de alta calidad, siempre lo hemos hecho. Es carne real, pollo real, tomates reales, lechuga real, fruta real, smoothies reales, leche real, huevos reales.”
Para ser congruentes con esta declaración, McDonald’s debería cambiar su receta para fabricar “huevos reales”, pues los que ofrece contienen margarina líquida, algodón hidrogenado, agua, aceite de soya parcialmente hidrogenado, sal, lecitina de soya, mono y diglicéridos, benzoato de sodio y sorbato de potasio (como conservadores), saborizante artificial, ácido cítrico… etc.
Incluso los smoothies (batidos de fruta) están hechos con concentrados químicos que contienen una larga lista de sustancias impronunciables (y en su mayoría desconocidas) para el público que las consume.
6) “Globalmente, seguimos indicadores de marketing responsable para niños”
El mes pasado, McDonald’s pagó una multa de $1.6 millones de dólares por violar leyes locales de marketing dirigido a niños en Brasil. O tal vez lo que Don Thompson entiende por “marketing responsable” es poner un banner en HappyMeal.com para su audiencia de dos años de edad, donde se lee “¡Oigan, niños! Esto es publicidad”, literalmente.
Un reporte de la Universidad de Yale afirma que “Aunque McDonald’s prometió mejorar su mercadotecnia para niños, incrementaron el volumen de su publicidad en TV entre 2007 y 2009” hasta en 21%. Pero para terminar con su punto anterior, Thompson tuvo la delicadeza de decir:
7) “Y no promocionamos comida para niños”
¿Cajita Feliz™, alguien?
8) “No vendemos en escuelas”
Esta mentira puede desenmascararse con una sola imagen:
Tal vez lo que Thompson quería decir era que cuando Ronald McDonald aparece en las escuelas lo hace como un simple payaso embajador de “buenas causas”, y que en programas como McTeacher’s Nights (donde las comunidades de una escuela son invitados para “trabajar” en un McDonald’s durante una noche para reunir fondos que serán utilizados en apoyo de las mismas escuelas) no se promueve el trabajo sin pago ni la promoción de la imagen de la marca, ¿cierto?
9) “No somos la causa de la obesidad”
Podríamos remitirnos a la película Supersize Me para desbaratar este punto, pero algunos números pueden ser igualmente elocuentes: un tercio de los niños en EU entre los 4 y 19 años consumen comida rápida, lo que incrementa el riesgo de obesidad debido a las calorías extra que sus cuerpos no necesitan; otro estudio demostró que los niños con un restaurante de comida rápida cerca de su escuela tienden a consumir más bebidas carbonatadas y menos frutas y verduras. En el caso de los consumidores afroamericanos un reclamo constante es la relación entre las zonas marginales o de bajos ingresos en Estados Unidos y la disponibilidad de comida rápida en dichas zonas, donde los niños presentan mayores índices de obesidad. Don Thompson mismo es afroamericano, por lo que su siguiente mentira parece llevar un ligero tinte racial:
10) “No hemos dirigido publicidad a personas de color, no lo hemos hecho y no lo intentaremos… He estado aquí 23 años. Sé que no hacemos eso y que no lo haríamos. No hacemos eso bajo mi liderazgo”
Es cierto: McDonald’s no sólo dirige publicidad al público afroamericano, sino también a públicos asiáticos y latinoamericanos.
[AlterNet]