La semana santa tiene un componente astronómico que se remonta al siglo IV d.C, gracias a ello, se ha encontrado una relación entre la Iglesia y los temas científicos. Situación que hace posible que en estás fechas además del tiempo libre, estos días puede ser aprovechado para admirar nuestros cielos de noche.
Así como Navidad cuenta con su árbol, ornamentos y Santa Claus, la Pascua tiene elementos periféricos que detallan la resurrección de Jesús, sin embargo, contrario a la Navidad, no cae el mismo día cada año, pero sabemos que llega durante la primavera, la razón se relaciona con algunos eventos cósmicos.
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Las fechas de Semana Santa cambian por un motivo astronómico
En el Vaticano, Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos y termina con la misa del Domingo de Pascua, con múltiples celebraciones que conmemoran la última semana de Cristo como mortal. Jesús entró a Jerusalén montado en un burro el Domingo de Ramos, donde las masas lo reconocieron como el Mesías y pusieron hojas de palma a su paso. Pero la multitud y los romanos se volvieron contra él en una semana, de acuerdo con la Biblia, lo que llevó a su crucifixión y resurrección.
Y aunque no lo creas, la Semana Santa, a parte de ser esa conmemoración anual de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, tiene una relación intrínseca con los cielos, no en un sentido teológico, sino en uno puramente astronómico que se determina por un sistema conocido como computus, que es el cálculo matemático para determinar el calendario de la Pascua, y está íntimamente ligado a los ciclos de la Luna.
Para entender esto, debemos remontarnos a los primeros siglos del cristianismo, cuando se estableció que la Pascua se celebraría el primer domingo después de la primera luna llena que ocurriera en o después del equinoccio de primavera, que se consideraba el 21 de marzo.
Debemos recordar que el equinoccio es un punto de inflexión en el año cuando el día y la noche tienen aproximadamente la misma duración, marcando el comienzo de la primavera astronómica en el hemisferio norte.
El equinoccio de primavera, la luna y la Pascua
Una luna roja apareció en el cielo el sábado, justo entre el Viernes Santo y el Domingo de Pascua. ¿Fue una coincidencia? No por completo, debido a que la fecha se determinan por las fases de la luna.
El ciclo lunar que se sigue para determinar esta luna llena es el ciclo metónico, nombrado así por Metón de Atenas, quien descubrió que un período de 19 años solares (o 235 lunaciones) es casi exactamente igual a 6940 días. El astrónomo griego, lo describió de manera precisa alrededor del 432 a.C., aunque parece que ya era conocido en Mesopotamia desde el siglo VI a.C. y se utilizaba para predecir eclipses.
Este ciclo se utiliza para predecir las fases de la Luna con gran precisión y es la base para calcular la fecha de la Pascua. Es un período de 19 años solares que se alinea casi exactamente con 235 meses sinódicos (lunares). Después de 19 años, las mismas fechas del año corresponden con las mismas fases de la Luna.
Sin embargo, la astronomía moderna nos dice que el equinoccio de primavera puede variar entre el 19 y el 21 de marzo y que la luna llena puede no coincidir exactamente con la luna llena astronómica. Esto se debe a que el calendario eclesiástico sigue una luna llena “eclesiástica”, que es una fecha fija basada en tablas y no necesariamente en la observación directa de la Luna.
Además, debido a la precesión de los equinoccios, que es el cambio gradual en la orientación del eje de rotación de la Tierra, el equinoccio de primavera se ha ido desplazando lentamente hacia atrás en el calendario a lo largo de los siglos.
Esto significa que la relación entre el calendario solar y lunar, y por lo tanto la fecha de la Pascua, también cambia con el tiempo y los eventos astronómicos relacionados con la Semana Santa no se limitan sólo a la Luna y el equinoccio.