¿qué Ocurre Durante Un Eclipse Total De Luna?

¿Qué ocurre durante un eclipse total de Luna?

Por qué la Luna no se pone negra durante un eclipse total lunar y otros misterios de estos asombrosos fenómenos astronómicos.

Los ciclos son una de las constantes que domina al Sistema solar. Es decir, tenemos ciclos para todo; el día y la noche, las estaciones, el año en sí mismo y las fases lunares. Todos son ellos son ciclos que están determinados por los movimientos de los astros que también son cíclicos. Pero de vez en cuando, la danza cósmica nos regala fenómenos extraordinarios que resultan de la alineación de los cuerpos celestes, entre ellos están los eclipses lunares.

¿Qué son los eclipses?

El término eclipse proviene del griego ἔκλειψις (ekleipsis), cuyo significado es ‘abandono’ o ‘desaparición’. A su vez ekleipsis proviene del vocablo ἐκλείπειν (ekleipein), que se compone de ἐκ ‘separar desde dentro hacia afuera’ y λείπειν (leipein) ‘dejar’. Por lo tanto, los eclipses ya sean lunares o solares, representan el abandono momentáneo de la luz. Pero, ¿cómo es que se gestan?

Sabemos que la Tierra gira alrededor del Sol y que también alrededor de nuestro planeta, orbita su satélite natural que llamamos Luna. Tanto la Tierra como la Luna giran sempiternamente alrededor del Astro Mayor, pero dentro de este ciclo interminable de giros, hay momentos en donde los tres cuerpos se alinean. Y es justamente en estos momentos cuando se suscitan los eclipses, pues hay que recordar que el Sol es nuestra fuente de luz y que la Luna por el contrario, no tiene luz propia.

¿Qué ocurre durante un eclipse total de Luna?

Si se trata de un eclipse solar o de uno lunar, eso dependerá del posicionamiento de los tres cuerpos. Un eclipse solar, por ejemplo, se suscita cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, ocultando momentáneamente los rayos que nos llegan de él. Pero el caso contrario ocurre con los eclipses lunares

¿Qué sucede en un eclipse total de Luna?

Para que ocurra un eclipse lunar, al igual que con el solar, debe existir una alineación perfecta o casi perfecta de la Tierra, el Sol y la Luna. La diferencia es que esta vez la que se interpone es la Tierra que se atraviesa por en medio del Sol y la Luna. Y aquí es donde puede ponerse un poco confuso, pues las lunas llenas se suscitan justamente en la misma posición: Sol, Tierra, Luna. Entonces, ¿cómo es posible que la misma alineación nos de lunas llenas pero también eclipses? La respuesta está en la alineación perfecta o casi perfecta.

Si bien las lunas llenas ocurren cuando la Luna se coloca por detrás de la Tierra con el lado nocturno viéndola de frente, pueden suceder aunque los tres orbes no estén completamente alineados. Únicamente cuando estos tres se enfilan perfectamente, es que la Tierra genera una especie de cono de sombra por el que atraviesa la Luna y es entonces que deja de recibir los rayos solares. Por esta razón es que los eclipses únicamente pueden suceder cuando hay lunas llenas.

¿Qué ocurre durante un eclipse total de Luna?

Sombras de la Tierra

Como hemos explicado, cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna de forma que queden perfectamente alineados, produce una sombra que puede clasificarse de tres formas:

Durante los eclipses totales de Luna, el satélite natural atraviesa por las tres partes de la sombra generada por la Tierra. Pero se caracterizan principalmente por alcanzar la umbra, que es donde existe la ausencia total de luz, es por esto que durante el avistamiento de un fenómeno de esta naturaleza, la luna se oscurece por completo alcanzando un color rojo sangre. Y aquí entra en juego otro factor; la atmósfera.

¿Por qué vemos una luna roja en vez de negra?

Si la atmósfera no existiera, durante un eclipse total de Luna veríamos desaparecer por completo al satélite, sin embargo, sabemos que esto nunca sucede y no es precisamente porque no alcance la umbra total, sino que es a consecuencia de la atmósfera.

¿Qué ocurre durante un eclipse total de Luna?

Las nubes y las partículas suspendidas en el aire afectan directamente a la refracción de la luz. Las partículas en suspensión propiamente, dispersan la luz refractada por la atmósfera de la Tierra y afectan el color de la Luna como lo percibimos desde dentro de la atmósfera. Para comprenderlo un poco mejor hay que pensar a la atmósfera como un gran concierto en donde se utilizan cámaras de humo para que las partículas hagan viajar los colores reflejados por los cañones de luces. Hay que recordar que aunque la Luna no está recibiendo los rayos del Sol, la atmósfera no deja de estar expuesta a ellos del todo.

Así es como se producen los misteriosos eclipses lunares que han encantado a la humanidad desde tiempos ancestrales y que continuan sorprendiendo a los observadores cósmicos.

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