Los solsticios y equinoccios son famosos por marcar el final e inicio de las estaciones astronómicas, pero hay muchos otros datos curiosos que se esconden detrás de ellos. Quizá nunca se lo haya preguntado, pero existen puestas de sol mucho más largas que otras, no sólo hablamos del hecho de tener más horas de luz, sino del tiempo que tarda el sol en ocultarse desde que toca la línea terrestre en el horizonte. Los solsticios precisamente tienen influencia en las asombrosas puestas de sol que vemos a lo largo del año y su duración.
Comprendiendo el fenómeno detrás de los solsticios
Como bien sabemos, nuestro planeta forma parte de un complejo Sistema Solar que está influenciado por los campos gravitacionales que allí habitan, principalmente el del Sol que mantiene a todos los cuerpos atrapados girando alrededor de él. Pero aunque se nos haya dicho que la Tierra únicamente gira sobre sí misma y alrededor del Sol, la realidad es mucho más compleja.
La Tierra tiene como mínimo tres movimientos más aparte de la rotación y traslación; tenemos la llamada precesión de los equinoccios, la nutación y el bamboleo de Chandler. Todos ellos se desprenden del hecho de que nuestro planeta no gira de manera perpendicular a la eclíptica y aquí tendrá que hacer uso de su capacidad abstracta. Imagine una línea horizontal que corta por la mitad a todo el Sistema Solar, pues a esa línea eje los astrónomos la llaman Eclíptica.
La Tierra tiene un ángulo de inclinación con respecto a la eclíptica de aproximadamente 23”25’. Este ángulo de inclinación es lo que nos da como resultado la precisión de los equinoccios que como habrá adivinado, es el movimiento responsable de darnos los cambios de estación y, por lo tanto, de los solsticios y equinoccios. Si a eso le sumamos que la Tierra se tambalea como una peonza (bamboleo de Chandler), el resultado es que desde nuestra perspectiva el Sol y la Luna no siempre salen exactamente por el mismo punto en el este, y tampoco se ocultan exactamente en el mismo punto por el oeste. La prueba más grande de esto es el analema, la figura en forma de 8 que obtiene si fotografía el sol exactamente a la misma hora pero en distintos días del año.

Las puestas de sol durante los solsticios
¿Y todo lo anterior qué tiene que ver con los solsticios? Tiene todo que ver. Como podrá darse cuenta la posición en el cielo del sol es cambiante durante todo el año, pero sigue un patrón dado por los solsticios y equinoccios. Durante los equinoccios el sol sale exactamente por el este y se oculta exactamente por el oeste. Pero eso cambia durante los solsticios, debido a que en este momento el sol está más alejado del oeste a lo largo del horizonte.
Ya sea que viva en el hemisferio norte o en el sur el patrón es el mismo, en el solsticio de junio el sol se pone mucho más inclinado hacia el norte en la línea terrestre del horizonte occidental, mientras que en los solsticios de diciembre el sol se inclina ligeramente hacia el sur al momento de la puesta de sol.
Ahora considere que cuanto más lejos se pone el sol desde el oeste a lo largo del horizonte, menos profundo será el ángulo de la estrella, lo que a su vez se traduce como una mayor duración en la puesta de sol en ambos solsticios.
Por lo tanto, durante los solsticios de verano e invierno vienen acompañados de las puestas de sol más duraderas de todo el año. El tiempo en que el astro mayor tarda en ocultarse por completo desde el momento que se posa en el horizonte, es mayor en los días cercanos a ambos solsticios. Así que si es amante de las puestas de sol, aproveche que el solsticio de junio está muy cercano y busque un sitio con la vista panorámica del horizonte despejada, verá la puesta de sol más larga que el cosmos nos puede regalar.