Mirar al cielo es mirar al pasado. No sólo se trata de una frase poética, sino de una verdad científica. Cuando observas las estrellas, estás viendo la luz que emitieron en el pasado, a veces hace miles o incluso millones de años.
Esta luz viaja a través del espacio a una velocidad finita, por lo que cuando llega a nuestros ojos, estamos viendo el estado en el que estaba esa estrella en el momento en que la luz fue emitida. En esencia, estamos viendo cómo era el universo en el pasado, ya que la luz tarda tiempo en viajar desde su origen hasta llegar a nosotros, pero te lo explicamos mejor.
Leer más: El descubrimiento del segundo agujero azul más grande del mundo abre una ventana al pasado
Por qué mirar a las estrellas es mirar al pasado
Cada vez que ponemos la vista en alguna estrella de la bóveda celeste, incluso de la Luna o de algún planeta, no estamos viendo el presente, sino la luz que emitió hace minutos, horas e incluso años cuando se trata de las estrellas más distantes.
Y es que, debido a que la distancia de nuestro planeta con las estrellas del cosmos es tan grande, no las vemos en la actualidad, sino que vemos cómo eran hace miles de años. Por lo tanto, cuanto más lejos esté un objeto en el espacio, más tiempo tomará su luz en alcanzarnos, y más en el pasado estaremos viendo. Es como si estuviéramos mirando hacia atrás en el tiempo cada vez que miramos al cielo.
Algo así como se muestra en está animación, la velocidad de la luz es igual a 300.000 kilómetros por segundo. Cuando la distancia entre la fuente de luz y el receptor, que somos nosotros, es cercana, esta llega de forma inmediata. Por el contrario, cuando la distancia es cercana al año luz, tarda miles de años en llegar.
En realidad, es por eso que los años luz son una unidad de distancia, concretamente es la distancia que recorre la luz durante un año. Es por eso que, en la actualidad, no la estamos viendo actualmente, sino que vemos cómo era hace 2,5 millones de años.