La bóveda celeste es un lugar espectacular. Aunque aún no sabemos todos los secretos del universo, este misterio ha mantenido a la humanidad en vela durante muchos siglos, tratando de descifrar qué sucede allá arriba. Tal vez, al igual que muchos otros amantes del cielo y la observación astronómica, te has preguntado qué es un meteorito. Esta pregunta nos deja más dudas que respuestas. Afortunadamente para los curiosos, la ciencia tiene una explicación clara de qué es un meteorito y cómo se forma.
¿Qué es un meteorito?
En la Tierra, los meteoritos se pueden observar como luces de ensueño, destellos que encantan nuestra vista al atravesar el firmamento. Y aunque muchos los llamen estrellas fugaces, en realidad son polvo estelar y materia galáctica que logró atravesar nuestra atmósfera. Pero no te preocupes, en la mayoría de los casos, no logran causarle daños a nuestro planeta o población.
Para llegar a ser considerados como tal, primero pasan por un proceso de evolución. En primera instancia tenemos a los meteoroides, cuerpos de materia que giran alrededor de nuestro astro mayor, el sol, pero que son demasiado pequeños como para ser considerados dentro del rango de planetas, cometas o asteroides.
También hay meteoroides de distintos tamaños, pero cuando son muy pequeños se les denomina micrometeoroides. ¿Y entonces cuándo pasan a ser meteoritos? Aquí tendremos que hacer una diferenciación exacta entre una cosa y la otra.
Dijimos que los meteoroides son cuerpos de polvo estelar y masa galáctica que andan rondando por ahí en nuestro sistema solar. Cuando alguno de estos cuerpos logra atravesar la atmósfera de la Tierra, produce un destello de luz asombroso que recibe el nombre de meteoro (del griego meteoros, que significa “fenómeno en el cielo”).
En la mayoría de los casos, al entrar en contacto con la atmósfera terrestre, el meteoroide produce un destello en el firmamento (un meteoro) y luego se vaporiza en el aire sin llegar a tocar la superficie terrestre. No obstante, hay casos en lo que esto último no ocurre, es decir, el cuerpo de material galáctico no se desintegra en el aire y termina aterrizando en la Tierra. A este cuerpo se le denomina meteorito.
¿Cómo se forman?
Los meteoroides casi siempre son fragmentos de cometas o asteroides, pero también pueden ser rocas de satélites o planetas que, debido a grandes impactos, fueron arrojadas hacia el espacio exterior. Así terminan deambulando en el cosmos.
Cuando un meteoroide se convierte en meteorito, hay un cambio en su aspecto. Esto se debe a que el impactarse con la atmósfera, la roca se calienta y ocurre un fenómeno conocido como ablación térmica, que genera un desgaste en la roca. Así que finalmente los meteoritos son esculpidos por el calor y así es como tenemos evidencia de material galáctico en forma de rocas preciosas.
¿Por qué caen en la Tierra?
La llegada de meteoritos a la Tierra está específicamente determinada por nada. En la trayectoria de un meteorito intervienen factores como su forma, velocidad, origen, composición, etc. A través de su recorrido por el cosmos, cada meteorito va formando su línea de viaje y ésta es tan impredecible como el suceso que lo vio nacer.
Los científicos han calculado que cada año, cerca de 17,000 rocas espaciales surcan los cielos de la Tierra. Pero la mayoría de estos cuerpos celestes se convierten en polvo antes de llegar a la superficie terrestre. Es cuestión de suerte y una buena mirada para poder captar la llegada de una roca preciosa del espacio, pero sabemos que no es imposible.