Mientras en la Tierra se vive incertidumbre y urgencia, el espacio ha dado señales de mantener la calma. Aunque todo el universo está interconectado de formas extraordinarias, el clima espacial permanece quieto, pero esto no asegura tranquilidad del ciclo solar al 100%.
Para los expertos que monitorean de cerca el desarrollo del ciclo solar, las noticias parecen ser buenas, pero no tan beneficiosas para la Tierra. A pesar de que el sol permanecerá bajo un ciclo tranquilo, ello no significa que no haya riesgos.
Los expertos señalan que aunque este ciclo solar fue tranquilo, la Tierra experimentó rarezas ocasionales. Vigilando la actividad se registraron auroras boreales al sur de Alabama y algunas interrupciones en el control de tráfico aéreo. Esto indica que, a pesar del ciclo solar calmado, hubo acontecimientos anormales. Los expertos señalan que, en cierta medida, la humanidad puede sobrevivir incluso en un ciclo solar un poco alborotado, pero con los recientes cambios por la crisis climática tal vez veamos escenarios que jamás habíamos imaginado.
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Descubriendo el ciclo solar y su conexión con la Tierra
En promedio un ciclo solar dura 11 años, y después de un ciclo tranquilo el sol podría llegar a alborotarse y tener un ciclo activo. Afortunadamente, este año habrá otro ciclo de calma. A partir de datos recientes de manchas solares, los expertos han identificado que el ciclo solar 24 llegó a su fin en diciembre de 2019 y el 25 ya inició.
Los investigadores internacionales creen que el nuevo ciclo alcanzará su punto máximo en julio de 2025 y su intensidad debería ser similar a la del ciclo que terminó. Las estimaciones no apuntan a que habrá cambios catastróficos en el clima espacial. El universo podría estar tan tranquilo como ahora, pero la verdad es que hay un cierto porcentaje de incertidumbre que aún no dilucidamos.
No podemos confiar en que los cambios en el equilibrio de la Tierra no afecten el balance del universo. Estamos seguros de que nadie quiere llegar hasta el límite de averiguar cómo sobrevivir en un escenario catastrófico.
Pensemos en la conexión macro y micro que permite la evolución del universo. El espacio se mantiene y nutre en su totalidad del funcionamiento de otros cuerpos. La Tierra, con su perfecto balance, tiene un lugar importante en la cadena galáctica, y no seremos nosotros quienes decidan su final.