En los últimos días, Emiratos Árabes Unidos fue escenario de un episodio meteorológico poco común: la formación de un embudo tipo tornado en plena región desértica. El fenómeno ocurrió durante un periodo de tormentas intensas, lluvias extraordinarias y granizo, condiciones muy alejadas de la imagen habitual del clima árido del país. Este evento extremo reavivó el interés por entender cómo funcionan las tormentas severas y por qué están apareciendo en lugares donde antes eran raras.
¿Qué fenómeno se observaron en Emiratos Árabes Unidos?
Las imágenes captadas muestran lo que especialistas identifican como una tromba marina o embudo nuboso, estructuras atmosféricas similares a los tornados que suelen desarrollarse sobre cuerpos de agua. En este caso, el fenómeno fue observado en el emirato de Ras Al Khaimah, al norte del país, en medio de un sistema de tormentas eléctricas muy activo.
Not the usual blue skies you associate with the desert states of the Middle East today, as an upper low moving across the Arabian Peninsula & Persian Gulf brings thunderstorms to the area, even a tornado/waterspout captured in the UAE 👇 pic.twitter.com/uLmHE4uSR9
— Nick’s Weather Eye (@NickJF75) December 18, 2025
Aunque no todos los embudos tocan tierra ni alcanzan la intensidad de un tornado clásico, su presencia ya indica un nivel elevado de inestabilidad atmosférica. En algunos puntos, estas estructuras lograron desplazarse hacia zonas continentales, levantando polvo y escombros, aunque sin reportes de daños mayores.
¿Por qué pueden formarse tornados en una región desértica?
Contrario a lo que suele pensarse, el desierto no está completamente aislado de procesos tormentosos. En Emiratos Árabes Unidos confluyen dos elementos clave: temperaturas muy altas en superficie y una fuente constante de humedad proveniente del golfo Pérsico. Cuando una baja presión en niveles medios de la atmósfera interactúa con ese aire cálido y húmedo, se crean las condiciones ideales para tormentas convectivas severas.

Durante este episodio, los meteorólogos destacaron la presencia de cizalladura del viento en capas bajas, un factor esencial para que una tormenta adquiera rotación. Este mismo mecanismo es responsable de tornados en otras regiones del mundo, aunque en el desierto ocurre con mucha menor frecuencia.
Lluvias extremas y granizo: el mayor impacto del evento
Más allá del embudo visible, el principal impacto se produjo por las precipitaciones. En ciudades como Dubái y Abu Dabi se registraron acumulados de lluvia muy superiores a los promedios históricos, concentrados en pocas horas. Calles anegadas, interrupciones en el tránsito y afectaciones al transporte fueron algunas de las consecuencias inmediatas.
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ثلوج حائل الان 🥶🥶 pic.twitter.com/MgFQ2XMqGj
— عبدالعزيز الثبيتي (@1984_asd) December 17, 2025
El granizo también fue protagonista. La caída de piedras de hielo de tamaño moderado a grande resulta poco común en climas desérticos, pero es una señal clara de tormentas con corrientes ascendentes muy intensas, capaces de mantener partículas de hielo suspendidas a gran altura antes de precipitar.
¿Qué explica la intensidad de las tormentas en 2025?
Según el Centro Nacional de Meteorología (NCM), el evento estuvo vinculado a una atmósfera altamente inestable, con aire cálido y húmedo persistente en superficie. Este tipo de configuración favorece el desarrollo vertical explosivo de las nubes, generando lluvias extremas, actividad eléctrica intensa y, en casos puntuales, fenómenos rotatorios.

Los especialistas señalan que este tipo de episodios no es completamente nuevo, pero la frecuencia y la intensidad observadas en los últimos años llaman la atención. Regiones dominadas por climas áridos están mostrando una mayor variabilidad meteorológica, lo que incrementa el riesgo de eventos extremos en periodos cortos.
Un recordatorio sobre los límites del clima árido
El caso de Emiratos Árabes Unidos deja una lección clara: el clima desértico no es sinónimo de estabilidad permanente. Cuando los ingredientes atmosféricos adecuados coinciden (calor, humedad e inestabilidad) incluso los entornos más secos pueden experimentar tormentas severas con consecuencias urbanas importantes.

Este episodio refuerza la necesidad de sistemas de monitoreo más precisos y de infraestructura preparada para lluvias intensas e inundaciones repentinas. Si las condiciones actuales se mantienen, fenómenos similares podrían repetirse con mayor regularidad. ¿Estamos listos para asumir que el desierto también puede convertirse en escenario de eventos extremos?




