No es solo el gato con botas: Está es la razón por la que los gatos siempre caen de pie

Te explicamos la razón física que responde a una de las preguntas que más intriga sobre los felinos

No es solo el gato con botas: Está es la razón por la que los gatos siempre caen de pie_Ecoosfera

Los gatos son maestros de la contorsión y grandes demostradores de las leyes de la física

Los gatos, esos misteriosos y ágiles felinos, han desconcertado a la humanidad durante siglos con su habilidad aparentemente mágica, y ahora sabemos porque los gatos siempre caen de pie.  Aunque cueste trabajo creerlo, durante mucho tiempo no hubo una repuesta contundente a la pregunta que nos planteamos.

Varios factores afectan la capacidad de un gato para aterrizar a cuatro patas, pero en pocas palabras, hay dos fuerzas principales en juego: la física y la neurología. Y es que, al doblarse por la cintura, el gato puede girar la mitad delantera de su cuerpo en una dirección y la mitad trasera en la dirección opuesta.

Leer más: Parece que hemos estado equivocados sobre el ronroneo de los gatos

¿Es verdad que los gatos siempre caen de pie?, esto explica la ciencia

Desde la época del científico francés Antoine Parent en 1700, la pregunta de por qué los gatos siempre caen de pie ha rondado en la mente de los investigadores. Durante años, diversas teorías han surgido y desaparecido, pero la respuesta parece haber llegado gracias a los fisiólogos holandeses G.G.J. Rademaker y J.W.G ter Braak en 1935.

La clave de este enigma radica en la columna vertebral flexible de los gatos. Estos felinos poseen más vértebras que los humanos, permitiéndoles manipular rápidamente su cuerpo en caída. Una serie de fotografías capturadas por Etienne-Jules Marey a fines del siglo XIX ilustra cómo un gato, al ser soltado boca arriba, logra torcer su cuerpo en el aire para aterrizar con soltura sobre sus cuatro patas.

Este intrigante fenómeno fue finalmente comprendido en 1969 con un artículo científico que explicaba cómo los gatos no rotan, sino que se retuercen de manera instintiva y veloz para reorientar su cuerpo en el aire.

La física detrás de esta habilidad se basa en la conservación del momento angular. Mientras que la ley de la naturaleza indica que un cuerpo no puede comenzar a rotar sin una fuerza externa, los gatos utilizan una astuta maniobra conocida como doblar y girar. Imaginándolos como dos cilindros, los felinos se retuercen al doblar su cuerpo por la cintura, torciendo sus extremidades en direcciones opuestas para cambiar su orientación en el aire. Es un movimiento casi inconsciente y sorprendentemente rápido que les permite caer siempre de pie.

Pero, ¿qué sucede cuando un gato enfrenta una caída desde una gran altura? Investigadores de una clínica veterinaria en Nueva York abordaron este desafío. La gravedad aceleraría a un gato en caída libre, pero el rozamiento con el aire podría frenar su descenso. La velocidad máxima alcanzada por el gato, donde la gravedad y el rozamiento se equilibran, parece ser alrededor del séptimo piso.

Desde esa altura, el gato deja de acelerar y cae con velocidad constante, adoptando una postura más relajada y segura. Este conocimiento, obtenido sin lanzar gatos desde alturas vertiginosas, demuestra cómo la física y la anatomía felina se entrelazan en un ballet aéreo único. Por lo tanto, las respuestas de corrección no son exclusivas de los gatos domésticos. Muchos gatos salvajes exhiben el mismo comportamiento, al igual que las ratas y los conejos.

Salir de la versión móvil