La invención de Alfredo Moser está iluminando al mundo (literalmente). Seguramente se ha visto en algún post sobre inventos ecológicos la famosa lámpara que funciona con agua y cloro dentro de una botella. Sin embargo, aunque parece un trabajo sencillo y hasta lógico, este sistema revoluciono a los suburbios de todo el mundo.
En 2002, a este mecánico brasileño “se le prendió el bombillo” y se le ocurrió una manera de iluminar su casa durante el día sin electricidad, usando únicamente botellas de plástico llenas de agua y un poquito de cloro, dado el éxito decidió replicarlo para muchas familias de bajos recursos.
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Alfredo Moser el padre de la ‘lámpara de botella de agua y cloro’ que triunfa en suburbios de todo el planeta
Corría el año 2002 y el mecánico Alfred Moser estaba preocupado con el “apagón”, crisis de distribución energética que atormentaba a los brasileros desde el año anterior con apagones recurrentes. Con unos cuantos conocimientos de física, aprendidos con un antiguo jefe y una conversación enigmática sobre la luz con el médium espiritista Chico Xavier, embarco el camino de la iluminación.
Tras pensarlo y analizarlo durante meses, se dio cuenta que necesitaba una botella PET arrugada, translúcida y llena de agua en la mesa de la cocina que reflejara la luz del sol en la pared, para así dar origen a la lámpara Moser.
Una solución de energía económica, asequible y sostenible que, en 2017, dos décadas después de aquella tarde luminosa, la luz se extendería por más de 1 millón hogares en todo el mundo, según datos de la ONG Litro de Luz. Gracias a ello fue apodado el genio de la lámpara para diversas comunidades de bajos recursos.
¿Cuál es la razón para tal nombramiento para Alfredo Moser? El cuidado del ambiente y la solución a un problema social en zonas dónde solo las fábricas obtienen luz. Y es que, se estima que dependiendo de la cantidad de sol durante el día, la luz puede alcanzar de 40 a 60 watts, además esta lámpara no emite CO2, cuando un bombillo común de 50 watts encendido por 14 horas al día emite casi 200 kg de CO2 en un año; las botellas que se utilizan siempre son recicladas y vienen de la misma comunidad, por lo que no se utiliza energía para transportarlas.
Además se ha generado empleo en las comunidades donde varios jóvenes reutilizan las botellas para hacer las lámparas ya instaladas en una teja pequeña que luego instaladas en las casas.
Cómo se crea la Lámpara de Alfredo Moser
Estas lámparas funcionan con la refracción de la luz solar utilizando una botella de 2 litros con tapa, agua y dos tapas de cloro
- Llenar la botella con agua y cloro para evitar que el agua se torne verde por moho o algas.
- Se hace un hueco en el techo con la misma circunferencia de la botella
- Se fija la botella con resina para evitar goteras, dejando la mitad de la parte superior hacía afuera.
