El profundo impacto del cambio de horario en la salud

El profundo impacto del cambio de horario en la salud

El profundo impacto del cambio de horario en la salud

El cambio de horario puede parecer sólo el ajuste de una hora en los relojes, sin embargo, se siente como un desajuste que dura semana en el reloj biológico. Así es como el cambio del horario afecta a la salud mental y del cuerpo.

Seres cíclicos por naturaleza

Somos seres cíclicos por el simple hecho de que todo en este Universo lo es. Desde las galaxias que atraviesan por diferentes ciclos de formación, hasta los sistemas solares que dependen de la energía que les llega de sus estrellas. Todo depende de los periodos de traslación y rotación, que son los que nos han legado los ciclos circadianos del que la vida entera se sostiene.

La medición del tiempo sí que es una invención del hombre para comprender el pasar de los días, sin embargo, nuestros cuerpos se rigen por un ritmo de luz y oscuridad que está muy bien medido por el reloj biológico en nuestro organismo y que es de gran importancia para desempeñar todas sus funciones. Además, existe otro factor que se suma a los ciclos naturales y ese es el ritmo establecido por la sociedad en la que vivimos.

Juntos estos tres relojes, el solar, el biológico y el social, dan cuerpo a nuestros hábitos, de esta forma desarrollamos un estilo de vida que funciona tanto para el descanso del cuerpo como para la productividad social. Pero, ¿qué pasa cuando uno de los tres relojes sufre un ajuste? El cuerpo y la mente lo recienten enormemente.

Cómo afecta el cambio de horario a la salud

Con el avance en la investigación en materia de fisiología, poco a poco se ha ido descubriendo la importancia de mantener un ritmo estable en el día a día. De aquí se desprende le llamada cronobiología que se encarga del estudio de los ritmos biológicos.

Gracias a ella sabemos que el reloj biológico se ubica en el núcleo supraquiasmático del hipotálamo y actúa como un viejo reloj de cuerda con un ritmo propio cercano a las 24 horas de los relojes humanos, sin embargo, necesita reajustarse cada día y para ello utiliza los llamados ‘sincronizadores’.

Los sincronizadores se describen como los reguladores del ciclo de sueño-vigilia que se basan primordialmente en la luz. Nuestros antepasados poseían un ciclo circadiano completamente en sincronía con la naturaleza, pero el hombre moderno ya ha visto cambios en su ritmo debido a la incesante exposición a pantallas de luz artificial. Es por esto que cada día existen más personas que padecen de trastornos del sueño.

El cambio de horario es lo que los fisiólogos llaman ‘cronodisruptor’, lo que significa que es un factor que altera el reloj de funcionamiento de nuestros cuerpos. Otro cronodisruptor es el llamado jet lag, que se produce cuando viajamos de un país a otro cuyos horarios son diametralmente distintos. Pero en el caso del jet lag, los estímulos naturales de la luz y oscuridad, además de la percepción de realidad completamente distinta del entorno al que estamos acostumbrados, nos ayudan a adaptarnos más rápido.

En cambio con el ajuste de horario de verano, los estímulos de luz y oscuridad siguen siendo los mismos y es el funcionamiento social el que cambia, por lo que la mente sufre una confusión muy grande. Claro que el impacto no es igual en todos, pues hay quienes tienen la capacidad de adaptarse muy rápidamente, pero hay otros tantos que tardan semanas en acoplarse de nuevo al ritmo de vida y en el camino sufren de insomnio y otros trastornos del sueño.

Mantener un ritmo de sueño y vigilia estables es esencial para la salud tanto mental como del organismo, aunque socialmente no se le da la debida importancia a dormir 8 horas diarias, debido al ritmo acelerado de vida que caracteriza a las sociedades modernas.

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