En la Antártida Occidental, el glaciar Thwaites atraviesa uno de los procesos de transformación más acelerados observados en un sistema de hielo. Nuevos análisis científicos confirman que este glaciar, apodado el Glaciar del Juicio Final, no solo pierde masa por derretimiento, sino que se está debilitando estructuralmente desde su interior. El aumento y la propagación de grietas indican un cambio profundo en su estabilidad. Lo que sucede en este ecosistema extremo está directamente vinculado al cambio climático y al futuro del nivel del mar a escala global.
El glaciar Thwaites y su papel en el equilibrio del planeta
El glaciar Thwaites se extiende desde el interior de la Antártida Occidental hasta el mar de Amundsen. Su relevancia científica radica en su tamaño y en la cantidad de hielo que contiene: si colapsara por completo, podría elevar el nivel global del mar alrededor de 65 centímetros. Este solo dato lo convierte en uno de los glaciares más estudiados del planeta.

Además de su volumen, Thwaites cumple una función clave: su plataforma de hielo flotante actúa como un soporte natural que frena el flujo del hielo continental hacia el océano. Cuando esta plataforma se mantiene estable, ralentiza la descarga de hielo. Cuando se debilita, el sistema pierde equilibrio, y el hielo interior acelera su desplazamiento hacia aguas abiertas.
Grietas en expansión: una señal clara de inestabilidad
Un estudio liderado por la Universidad de Manitoba analizó imágenes satelitales y datos geodésicos entre 2002 y 2022. Los resultados muestran un deterioro progresivo en la plataforma oriental del glaciar Thwaites. Durante ese periodo, la longitud total de las grietas pasó de aproximadamente 165 kilómetros a más de 330 kilómetros.

Al mismo tiempo, se observó un cambio significativo en el tipo de fracturas. Las primeras grietas eran largas y alineadas con el flujo del hielo. Con el tiempo, comenzaron a aparecer grietas más cortas y transversales, un patrón que indica un estado avanzado de daño estructural. El hielo ya no responde como una masa continua, sino como una estructura fragmentada y vulnerable.
El punto de anclaje que dejó de sostener el hielo
Durante décadas, una cresta submarina funcionó como punto de anclaje para la plataforma de hielo oriental del glaciar Thwaites. Esta elevación del fondo oceánico ayudaba a estabilizar la plataforma y a reducir su movimiento. Sin embargo, el crecimiento de grietas debilitó progresivamente esta conexión.

Desde 2017, las fracturas han atravesado completamente la plataforma, rompiendo el vínculo con ese punto de anclaje. Lo que antes era un elemento de estabilidad se convirtió en un factor de desestabilización. Como consecuencia, el hielo aguas arriba comenzó a fluir con mayor rapidez, acelerando la pérdida de masa del glaciar.
Un ciclo de retroalimentación que acelera el colapso
Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es la identificación de un bucle de retroalimentación. Las grietas aumentan la velocidad del flujo de hielo, y ese aumento de velocidad genera nuevas grietas. Este proceso fue medido directamente mediante dispositivos GPS instalados sobre la plataforma entre 2020 y 2022.

Durante el invierno de 2020, los científicos detectaron que los cambios estructurales avanzaban hacia el interior del glaciar a una velocidad cercana a 55 kilómetros por año. Esto demuestra que el colapso no es superficial ni localizado: afecta a todo el sistema glaciar, desde la plataforma flotante hasta el hielo continental.
Cambio climático y el futuro del nivel del mar
El glaciar Thwaites se asienta sobre un lecho con pendiente inversa, es decir, el fondo oceánico se profundiza hacia el interior del continente. Esta característica geomorfológica favorece un retroceso acelerado una vez que comienza la pérdida de estabilidad. Modelos climáticos indican que, en este escenario, la línea de base del glaciar podría retroceder cerca de un kilómetro por año durante varias décadas.

Este proceso no ocurre de forma aislada. La Antártida Occidental contiene suficiente hielo como para elevar el nivel del mar hasta cinco metros si se desestabilizara por completo. Thwaites es una de las piezas clave de ese sistema, y su evolución ofrece información crucial para entender cómo responde el hielo polar al calentamiento global.
Una advertencia para otros ecosistemas de hielo
Los investigadores señalan que los patrones observados en el glaciar Thwaites podrían repetirse en otras plataformas de hielo que muestran signos de debilitamiento. Existen antecedentes históricos, como la desintegración de plataformas en la Península Antártica, donde estructuras que inicialmente parecían estables terminaron colapsando en pocos años.

Comprender estos procesos permite mejorar los modelos climáticos y anticipar escenarios futuros. El glaciar Thwaites se ha convertido en un indicador temprano de cómo los grandes sistemas naturales responden al aumento sostenido de la temperatura del planeta.

El glaciar Thwaites representa uno de los ejemplos más claros de cómo el cambio climático está transformando los sistemas naturales de la Tierra. Las grietas que recorren su plataforma, la pérdida de su punto de anclaje y la aceleración del flujo de hielo confirman que el proceso de debilitamiento ya está en marcha. Más allá de cifras y modelos, este glaciar plantea una pregunta esencial sobre el futuro de los océanos y la estabilidad climática del planeta: ¿hasta qué punto estamos preparados para un mundo donde el hielo polar deja de cumplir su función reguladora?




