“Sufrimos de enfermedades provenientes de especies cuyo hábitat destruimos”: José Sarukhán

“sufrimos De Enfermedades Provenientes De Especies Cuyo Hábitat Destruimos”: José Sarukhán

“sufrimos De Enfermedades Provenientes De Especies Cuyo Hábitat Destruimos”: José Sarukhán

Hoy más que nunca experimentamos la importancia de proteger los ecosistemas. La pandemia por el nuevo coronavirus llegó en medio de una etapa en la que el ser humano creía que podía tomar todo de la naturaleza sin que ello tuviera ningún efecto. Sin embargo, la propagación de distintas enfermedades infecciosas demostró que la sobrevivencia, el bienestar y la salud del ser humano están unidos al equilibrio de la naturaleza.

En la conferencia “Biodiversidad y salud humana”, transmitida digitalmente por el Colegio Nacional, el ex rector de la UNAM y coordinador nacional de Conabio, José Sarukhán, habló sobre la importancia de terminar con la aniquilación de los sistemas ecológicos y sus habitantes.

“Estas unidades de vegetación son estables cuando funcionan naturalmente sin ninguna perturbación ajena como la humana, sin embargo, nosotros las hemos modificado profundamente con la actividad humana a lo largo de los últimos 250 años”, señala Sarukhán.

 

¿Cómo se relacionan las enfermedades y los ecosistemas?

Sarukhán explica que la destrucción del hábitat de estos animales guarda una relación directa con la transmisión de patógenos. Hasta ahora se conocen cerca de 1,415 patógenos que causan enfermedades en los humanos, de los cuales (al menos) dos tercios vivieron originalmente en otros animales.

Si consideramos que en cada especie existe uno, la cantidad de virus es enorme. El ser humano ha desarrollado muchas de sus actividades dentro del hogar de estas especies, pero ¿qué tiene que ver esto con las enfermedades?

De acuerdo con los expertos, la aniquilación de los ecosistemas afecta directamente a los animales que habitan en ellos. Por ejemplo, el efecto más directo es la desaparición de las especies de depredadores.

Cuando el depredador desaparece, las presas tienen la oportunidad de hacer crecer su población y, muchas veces, estas especies son los huéspedes de las enfermedades. Al fragmentar las selvas, bosques o cualquier ecosistema, hay una mayor exposición a las especies en aumento y el contacto con ellas incrementa las posibilidades de contagio.

“Cuando los roedores (o cualquier especie) ya no pueden vivir en el hábitat en que deberían porque ya no les es suficiente, aumentan de forma intensa y empiezan a moverse a zonas pobladas por la gente. Las selvas y bosques contienen numerosas especies responsables de la transmisión de enfermedades infecciosas”. – (Sarukhán)

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El nuevo coronavirus y su origen

Hay diversas teorías sobre el origen de la pandemia por covid-19. Algunos expertos pensaron que el virus se encontraba en los murciélagos, pero después otras especies sospechosas fueron añadiéndose a la lista.

Lo que es seguro es que el virus proviene de un animal, aunque no se sabe con exactitud qué especies podrían compartir el nuevo coronavirus. Por ejemplo, el SARS y el Ébola son enfermedades transmitidas por murciélagos, pero se le ha dado poca importancia a esto, pues hay sociedades que continúan utilizando la vida silvestre como alimentación.

Sin embargo, la destrucción de los ecosistemas no es la única causa. El cambio climático también propicia condiciones que pueden desencadenar epidemias. Por lo tanto, no es suficiente con crear vacunas y fortalecer la salud mundial.

Atender los ecosistemas debería ser nuestro principal objetivo: garantizar el conocimiento local de manejo sustentable de ecosistemas y poner en marcha técnicas de conservación en todo el mundo.

 

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