Richard Branson, uno de los empresarios más exitosos de todos los tiempos, recibió de su madre, Eve, uno de los mejores consejos; y éste no tiene nada que ver con la obtención de fondos, la tendencia en redes sociales o la contratación del equipo perfecto.
Se trata de la mentalidad.
Nunca mires hacia atrás con arrepentimiento; pasa a lo siguiente.
Para muchos, es más fácil decir esto que hacerlo. Particularmente si eres un perfeccionista, pues puede ser fácil obsesionarte con algo que hiciste mal o con los remordimientos.
Para Branson, fundador del Grupo Virgin (a cargo de más de 400 empresas), una cosa es cometer un error y sufrir las consecuencias y otra es extender el impacto de ese error al detenerse en él.
Pocas cosas hay peores que vivir anclados o sometidos al pasado.
Las personas que saben dejar ir lo acontecido y experimentan su presente gozan de mejor salud, pues saben que no pueden cambiar nada de lo que hayan hecho.
Según los psicólogos, el arrepentimiento no es solo una pérdida de tiempo y energía (como lo es también el sentimiento de culpa), sino que sus efectos son terribles para la salud física.

Richard Branson
La doble flecha del arrepentimiento
El arrepentimiento funciona como una especie de doble flecha. Si miramos la forma en que actuamos durante el día, cuando algo sucede, cuando sentimos dolor en el cuerpo, cuando alguien nos trata de una manera que se siente irrespetuosa, cuando algo sale mal para alguien que amamos, esa es la primera flecha.
Nuestra mente y nuestro cuerpo entran en una reactividad que no ayuda a dejar ir esa sensación. Culpamos a los demás, nos culpamos a nosotros mismos, nos arrepentimos. Esa es la segunda flecha.
Cuando te das cuenta de un error que cometiste o de algo de lo que te arrepientes, tienes que hacer más que sólo dejar de pensar en eso. Es muy fácil avergonzarse, por dos motivos: por el error original y, luego, por haberse lamentado.
El arrepentimiento que obliga a moverse
Un truco para esto es avanzar literalmente. Mover el cuerpo y respirar profundamente puede interrumpir los patrones de pensamiento tóxico.
Inhalar y exhalar debe ser más que un acto mecánico. La respiración profunda es vital.
Dado que el cuerpo reacciona como un imán que atrae energía de forma inconsciente, quizá estemos jalando energía negativa que esté impactando a nuestra salud física y emocional.
Invierte tu valiosa energía y atención en moverte y no mirar hacia atrás.