El tamarindo es un fruto versátil y muy mexicano. Su sabor agridulce le da un toque especial a los dulces, ponches, atoles e incluso al mole. Además de deleitar el paladar, le hace bien al cuerpo: tiene pocas calorías y es rico en vitamina C. Sus beneficios van incluso más allá de la pulpa. Las semillas de tamarindo son un snack ultrasaludable que ayuda a regular el colesterol y el azúcar en la sangre.
Las semillas de tamarindo, de un atractivo color oscuro, son muy buenas para regular procesos metabólicos importantes. Un grupo de investigadores de la Universidad de Malasia, donde este fruto abunda, realizaron un estudio que probó la validez científica de la hipótesis sobre las propiedades saludables de las semillas de tamarindo. En el estudio, se administraron semillas de tamarindo durante 4 semanas a un grupo de ratas.
Después de tomar muestras sanguíneas y del hígado, los científicos descubrieron que los niveles de colesterol y glucosa bajaron en las ratas que comieron más semillas. Esto podría probar que añadir semillas de tamarindo a tu dieta puede ayudarte a mantener tu metabolismo dentro de los límites saludables. Por si fuera poco, las semillas también mostraron propiedades antivirales. Según otro reporte, el consumo de estas semillas redujo la efectividad del virus chikungunya hasta en un 64%.
Incluye semillas de tamarindo en tu dieta
Listo: ya disfrutaste de un delicioso tamarindo y guardaste las semillas para aprovechar todos sus beneficios. ¿Y ahora qué? Para incluir las propiedades sanadoras de las semillas de tamarindo en tu dieta, basta con tomarse un poco de tiempo para prepararlas. Aquí te presentamos algunas maneras de comer este delicioso y sano snack:
Prepáralas tostadas. Pon unas cuantas semillas a cocer a fuego medio en una sarten. Tuéstalas durante unos minutos y deja que se enfríen. Después, remueve la cáscara. Aquí tienes dos opciones: puedes comerlas así o ponerlas a hervir para suavizarlas un poco. De ambas formas son un sustituto excelente para los cacahuates, con muchas menos calorías.
Prepara una harina. También puedes moler las semilllas hasta formar una harina, que funciona como una saludable alternativa al trigo.