El 2020 ha sido un año difícil en muchos sentidos. Las sociedades en todo el mundo están bajo una presión mental intensa. Con los cambios en salud, economía, política y medioambiente, lo último en lo que se piensa es en cuidar la mente. Sin embargo, un nuevo estudio reveló que la gente quiere que los robots se hagan cargo de nuestra salud mental.
La investigación de Oracle y Workplace Intelligence revela que cerca de 12,000 personas en más de 11 países considerarían dejar su mente “en manos” de un robot. Los niveles de estrés, agotamiento y ansiedad han hecho que se pida ayuda de la tecnología para mejorar la vida.
En todo el mundo, las personas luchan día con día con sensaciones inmensas de ansiedad y estrés que terminan por tener un impacto negativo en su vida. Estas presiones se volvieron aún más graves con la aparición de la pandemia, el encierro obligatorio, la pérdida de empleos y la sensación de incertidumbre.
Con todos estos problemas detrás, la gente ha perdido el impulso necesario para garantizar su salud mental. Por esta simple razón, los los participantes del estudio mencionado aceptarían la ayuda de robots, pues el 85% de los encuestado aseguró que los problemas de salud mental afectan su vida personal y laboral.
Entre las repercusiones más comunes está la falta de sueño, mala salud física, disminución de la felicidad, aislamiento social y malas relaciones familiares. A medida que la crisis aumenta y los límites entre la vida personal y el trabajo se difuminan, la gente tiende a sentirse más infeliz.
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¿Los robots son la solución para una buena salud mental?
Los robots parecen ser una solución disponible para disminuir las presiones de los seres humanos. La encuesta mencionada reveló que las personas prefieren que los robots se hagan cargo de la mente humana porque no hacen juicios. ¿Hemos dejado de escucharnos unos a otros?
Tanto en el ambiente laboral como en el médico, la gente prefiere a un robot que esté dispuesto a escuchar y no juzgue sus actos. Tal vez esta declaración revele el mayor problema de la humanidad: hemos dejado de escuchar.

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Atentos a evolucionar rápidamente, a ganar recursos económicos, a consumir lo que está a nuestro alcance, etc., hemos perdido de vista la esencia del ser. Thomas Hobbes alguna vez dijo que “el hombre es un lobo para el hombre”, lo cual alude directamente a que cuando el ser humano se escinde de la naturaleza y se organiza en sociedad, se corrompe.
Hasta el momento, hemos creado una idea de sociedad que está muy lejos del cuidado del alma. Entramos a la “guerra de todos contra todos”, dejamos de cuidarnos unos a otros para convertirnos en ciudadanos distintos y poco empáticos.
Es realmente en la naturaleza humana donde reside lo que nos hace fundamentalmente iguales. A estas alturas sabemos que no necesitamos de robots, más bien es necesario reflejarnos en los demás. Siempre podemos encontrarnos en el otro, porque esa es nuestra naturaleza. Es cierto que el egoísmo es tan natural como la empatía. Pero cuando el egoísmo rige nuestro comportamiento, perdemos la habilidad de potenciar nuestras relaciones con otros.
Podemos tener cierta egolatría, pero no pensar que todo gira a nuestro alrededor.
En definitiva, los robots no serán la solución para sanar la mente. La verdadera ruptura está en el entorno, en nosotros mismos y los demás. Los que están dispuestos a sanar tanto al otro como a sí mismos, sabrán que la bondad y la cooperación construyen las mejores sociedades.