La hipertensión es una de las principales causas de una serie de enfermedades como ataques cardíacos o cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca y renal, y finalmente la muerte prematura.
Esta enfermedad afecta a personas con un estilo de vida estresante y sedentaria; un consumo elevado de alcohol, sal y cigarrillos; un antecedente familiar de hipertensión arterial; y sufre de diabetes. Pues además se ve fuertemente influenciado por la cantidad de agua y sal que se consume, el estado de los riñones, sistema nervioso y vasos sanguíneos, y los niveles hormonales.
Si bien hay fármacos para regular la presión arterial, existen también remedios naturales que ayudan a prevenir los síntomas de la hipertensión. Pues a menudo un solo fármaco para la presión arterial no es suficiente para controlarla, y los efectos secundarios son regularmente frecuentes en pacientes con esta afección. Por esta razón te compartimos remedios caseros para reducir la presión arterial:
Considera una dieta baja en sodio, sal y otros aditivos. Si bien el sodio ayuda a regular los procesos eléctricos en los nervios y los músculos, pero el exceso retiene los líquidos provocando que la sangre tenga mayor volumen –facilitando el desarrollo de la presión alta–. Se debe tomar en cuenta las etiquetas, comprar alimentos sin sal, bajos en sal o sodio y cocinar sin sal; comidas procesadas, preparadas, enlatadas o embotelladas, como las carnes, pepinillos, sopas, tocino, jamón, salchichas, etcétera. Otros productos procesados son los que contienen glutamato monosódico y carbohidratos blancos, tales como mostaza preparada, salsa mexicana, salsa picante, salsa de soya, ketchup, salsa barbicue, panes, bebidas azucaradas, grasas dietéticas, entre otras.
Reduce el consumo de cafeína. Entre dos y cuatro tazas de café puede incrementar la presión arterial.
Aumenta la fibra en la alimentación, la cual ayudará a limpiar el organismo al regular la digestión. Muchas verduras poseen fibra, también frutas, nueces y legumbres.
Existen remedios naturales, con coenzima Q10, omega 3, vitamina B, aceite de pescado, ajo, cúrcuma, jengibre, cayena, aceite de oliva, nueces, cimicifuga racemosa, espino blanco, magnesio y cromo. Por ejemplo, tomate, papa, frijoles, salmón, cebolla, naranja, frutas y frutos secos.
Reducir el consumo de alcohol y tabaco.
Bajar de peso haciendo ejercicio y una dieta equilibrada.
Practicar actividades relajantes, tales como meditación y yoga. Para reducir el estrés crónico produce hormonas de estrés todos los días provocando que el sistema cardiovascular esté sobrecargado. Hacer caminatas para relajarse, practicar meditación y respiración profunda, tomar tiempo para higiene personal, etcétera.