La toxicidad de la hamburguesa Big Mac de McDonald’s es un hecho científico, una verdad que se ha esparcido a lo largo del mundo con el objetivo de prevenir su consumo. Sin embargo, la presencia tanto de sus aditivos como de su grasa la vuelven una asquerosa delicia durante un antojo de junk food.
Consideremos que una Big Mac provoca una cascada de reacciones fisiológicas similares al consumo de cocaína, de modo que aumenta el deseo de seguir comiendo, pues sus niveles de sodio desencadenan una deshidratación con síntomas parecidos al hambre –lo cual te hace creer que tienes hambre de nuevo–. Esto no genera tantos problemas en una persona saludable, pues la glucosa es convertida en carbohidratos digeridos; sin embargo, esa persona recibe 540 calorías –que aumentan el azúcar a niveles anormales– y un alimento que tarda más de 50 días en digerirse por la cantidad de grasas trans.
Quizá esta información no sea lo suficientemente impactante como para resistir a la tentación, pero ¿qué pasa si se expone una Big Mac a un metal caliente? En teoría, un elemento que entra en contacto con un metal terminaría con graves quemaduras o, incluso, desaparecería por completo por el fuego.
El youtuber Tito4re realizó este experimento para demostrar lo indestructible –y por lo tanto, indigerible– de una Big Mac. En el video se muestra cómo la hamburguesa entra en contacto con cobre hirviendo y a pesar de las expectativas, el metal no logra ni siquiera que la hamburguesa empiece a derretirse. Cabe mencionar que el cobre estaba a una temperatura promedio de 1,093ºC.
Ahora bien, el objetivo del experimento era demostrar el efecto Leidenfrost y así comprender cómo un cuerpo, al contacto con un metal hirviendo, libera una atmósfera de vapor –y en consecuencia, de agua– como medida de protección para liberarse del fuego. Sea como sea, la realidad es que este hecho es desagradablemente impactante:
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