En los últimos años el agua alcalina o ionizada ha ganado una notable popularidad debido a la creencia de que es positiva para la salud. Sin embargo, sus efectos suelen diluirse porque es muy difícil que el agua ionizada guarde su nivel de pH hasta el momento en que es abierta, por ejemplo.
Para dar un contexto, el agua alcalina es agua tratada por medio de un proceso de electricidad, o bien, de “mineralización”. Se cree que el agua alcalina es muy benéfica para la salud porque por medio de sus electrones funge como un antioxidante que diluye la acicidad del cuerpo. Hay algo de certero en lo anterior, pero solo en una pequeña medida, al menos en opinión de algunos expertos.
De acuerdo con Dan Heil, investigador de la Universidad de Montana, y líder de algunos estudios sobre los efectos del agua alcalina, la sociedad hemos sobrevaluado el potencial de este producto. En su opinión, para que sus resultados fuesen muy efectivos deberíamos de tomar mucha de esta agua. De alguna manera, también alude a que se trata de una moda, pues en realidad tenemos a nuestro alance fuentes que regulan los niveles de ácido en la sangre mucho más económicas y efectivas al alcance: las verduras.
Para Heil, en ocasiones nos dejamos llevar por las nuevas tendencias, sin embargo, pareciera que la naturaleza nos ha dotado de los mejores alicientes desde su magnifico acervo: solo hace falta estar conscientes de las propiedades de los alimentos y saberlos combinar para llevar una mejor salud (sin necesidad de fórmulas que parecieran prometer una pócima de magia).