En ocasiones estamos tan enajenados con la vida citadina cotidiana, que olvidamos lo importante que es para nuestra salud mental el salir a tener contacto con la naturaleza. La vida se nos escurre de las manos frente a la pantalla, las horas parecen transcurrir sin sentido y terminamos repitiendo un loop interminable rutinario. Mañana, día y noche, exactamente la misma rutina todos los días. Es hora de dirigir nuestra atención hacia lo realmente importante y recibir una dosis de naturaleza.

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Quizá te lo hayas planteado ya, pero la naturaleza es una fuente enorme de vitalidad. Escapa a nuestro entendimiento humano y cuando se le mira con ojos de reflexión, resulta sorprendente que incluso el ser vivo más pequeño cumple un lugar específico en este ciclo llamado vida, al que también pertenecemos nosotros.
Entonces, ¿por qué no sentirte parte de él? De esa inmensidad compuesta por organismos de todos los tamaños que coexisten en el planeta para formar la vida. Salir a caminar y romper por unos minutos tu rutina cotidiana, te abre las posibilidades de conectar con este sentimiento de completitud. Y las repercusiones no son para nada menores, por el contrario, pasear entre árboles y la naturaleza, incluso puede lograr que dejes de fumar, o bien, bajar tu presión arterial.
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Dosis de naturaleza para sanar
Claro que cuando alguien nos dice que necesitamos dosis de naturaleza, lo primero que se nos viene a la cabeza es un enorme bosque o el mar. Esto desde luego sería genial, no obstante, quizá a la vuelta de tu casa no está precisamente el mar. No importa donde vivas, siempre encontrarás fragmentos de naturaleza escondidos entre la urbe, úsalos como un refugio para establecer esa conexión, un espacio de encuentro contigo mismo.

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No es necesario que conviertas en un ermitaño, pero cuanto más tiempo pasas con la naturaleza, mejor para ejercitar el sentido de resiliencia. Existen momentos de nuestra vida donde requerimos espacios de autocuidado. En momentos de dolor o cuando intentamos descifrar cuál es nuestro lugar en el mundo, la conexión con la naturaleza de forma prolongada es esencial.
Si la vida no te permite un lapso prolongado para escapar con tu cuerpo y mente hacia un lugar de tranquilidad, unos minutos de dosis de naturaleza hacen que valga la pena. Expertos han demostrado que quince minutos de conexión y dosis de naturaleza son suficientes para generar un cambio en el organismo. La presión arterial y el estrés bajan sus niveles, así que no sólo obtendrás salud mental, sino que en consecuencia la salud del cuerpo también mejorará.

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Tendemos a subestimar lo que la naturaleza nos hace experimentar, porque no es del orden de lo útil. ¿Qué utilidad tendría en la vida capitalista el sentarse a escuchar pájaros cantar? Para la filosofía bajo la que vive la sociedad; ninguna. Pero este estilo de vida moderno parece dejar de lado lo más esencial para la vida. El sentimiento de completitud es justamente lo que la naturaleza puede ofrecernos.
Sal a explorar, no necesitas mudarte al campo, busca un parque cerca de casa y aprende a observar. Escucha el sonido de las hojas con el viento, el canto de los pájaros urbanos y ejercita la reflexión, es todo lo que necesitas para sanar.