Es difícil manejar la vida en el mundo moderno. Vamos de aquí para allá trabajando para el “éxito” o la simple estabilidad económica. En muchos sentidos, olvidamos con facilidad lo que el ser humano viene a disfrutar a la Tierra. Por suerte, tenemos la oportunidad de volver a conectar la experiencia directa de la vida y la naturaleza. ¿Quieres intentarlo?
Gracias al teórico psicodélico Terence McKenna, uno de los más grandes héroes de la contracultura psicodélica, puedes volver a conectar con la profunda sabiduría del universo. Como te estarás quizás imaginando, este procedimiento se trata de alterar un poco la conciencia.
¿Por qué liberarse del mundo?
Pero antes de entrar de lleno en cómo alcanzar la libertad en este mundo moderno, es necesario entender por qué nos gustaría ser libres o exactamente de qué queremos liberarnos. No demos ningún paso en falso y tampoco lo tomemos a la ligera. Liberarse del mundo moderno podría implicar muchos ámbitos: el económico, el social, el mental, el cultural, etc. Esta vez el desprendimiento será cultural, porque entendemos a la cultura como uno de los mecanismos más poderosos de cualquier sociedad para mantener el control.
A partir de conceptos como nacionalismo o identidad cultural entendemos que, como habitantes de un territorio, somos parte de un grupo cultural definido. Podemos decidir si queremos o no formar parte de esta identidad, pero eso llega hasta que somos conscientes de ella.
Para McKenna, la cultura funciona para un grupo selecto, ya sean personas, instituciones, empresas, etc. El objetivo de la cultura es mantener la conciencia de las personas encerrada bajo una red que les impide lograr su objetivo o su verdadero potencial.
¿Cómo funciona la cultura del control?
La cultura funciona a través de una doble conciencia. Un individuo define sus vivencias a partir de una valoración con la cultura estructurada por el mundo moderno. Es como si el ser humano viviera una realidad y tiene que disfrazarla para poder encajar en el mundo.
Al aceptar una identidad cultural aceptas un conjunto de creencias, de valores, costumbres y otras prácticas. Posiblemente éstos no vayan de acuerdo con el crecimiento del individuo, y es aquí donde éste es aplastado por la cultura colectiva.
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Los mecanismos de la cultura del mundo moderno
Televisión, redes sociales, corporaciones, publicidad, a donde quiera que mires es factible encontrar un mecanismo de control. Cada rincón de la sociedad está diseñado para que las personas busquen una oportunidad de ser alguien dentro de esa cultura.
Siempre se nos ofrece una segunda oportunidad para convertirnos en una mejor versión de lo que somos, en algo más elegante o aceptable. No importa si lo que crees que te hará mejor es lo que llevas a cabo, si no entra dentro de la norma… no es aceptable.
El principal mecanismo de control de la cultura moderna es, sin duda, la televisión. Nos preocupamos por otras drogas, pero no prestamos demasiada atención a la más destructiva de la conciencia. Es claro que la televisión y su contenido tienen efectos fisiológicos y neurológicos importantes en el ser humano.
Incluso puede ser tan adictiva como una droga, la única diferencia es que algunas sustancias logran guiarnos a una introspección y la TV es una barrera. Con el Internet ocurre algo parecido: las redes sociales obligan a que muchas personas busquen publicar algo que los haga sentir únicos y especiales, con el único propósito de gustarle a los demás.
Cómo darle vuelta a la conciencia
A medida que el siglo XXI avanza, la cultura y los medios complican más la existencia de los individuos. Se originan nuevas y extrañas formas en las que tenemos que integrarnos, aunque no nos guste. Pero no tiene por qué ser así. Una forma de liberarte del control y tomar en tus manos tu destino es aprender a hacer magia con tu mente. Si estás pensando que te convertirás en mago o tendrás que probar alguna droga psicodélica, estás muy equivocado.
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