La intención es una fuerza infalible, sobre todo cuando utiliza una acción precisa como vehículo para manifestarse. Y si se trata del sometimiento de la materia a partir de un minucioso control del cuerpo físico y la intención, sin duda los monjes Shaolin son, entre otros, unos verdaderos maestros.
Durante una presentación en el show británico The Slow Mo Guys, tres monjes Shaolin fueron invitados para demostrar frente a la cámara una de sus “habilidades” más célebres: atravesar una superficie de vidrio, lanzando un alfiler. Durante la demostración observamos a uno de los monjes realizar unos rápidos ejercicios de, suponemos, concentración de energía y atención, y luego simplemente penetrar el cristal. Como suele ocurrir en este show, la demostración es posteriormente presentada en cámara hiperlenta.
Evidentemente esto es sólo una especie de souvenir demostrativo o juego, ya que el manejo de la energía y la materia que alcanzan los miembros de este linaje, tras años de durísimo disciplina y entrenamiento, poco tiene que ver con hacer shows o vistosas demostraciones. Pero no deja de ser francamente espectacular observarlos cada vez que acceden a realizar uno de estos actos.
Los monjes Shaolin pertenecen a una especie de linaje asociado a un monasterio del mismo nombre y ubicado en Henán, China –por cierto, también cuna de las distintas escuelas del budismo zen, así como de otras múltiples escuelas orientales de meditación y artes marciales–.