Imagen: Bluefin Tuna
Un desarrollo ecológico empieza desde casa: cuando se reduce y separa la basura, cuando se utilizan medidas de ahorro del agua e incluso cuando se hacen las compras de la comida. Se trata de un estilo de vida que impacta tanto en el medio ambiente como en la salud.
Activistas invitan a la reeducación ecológica con el fin de aportar un mayor cuidado al medio ambiente. Como por ejemplo, conocer y compartir información verídica sobre cuáles son los productos “verdes” que fomentan el consumo responsable con el ecosistema.
Antes de comprar un producto fresco, es importante realizarse cuestiones acerca de su origen y su pasado, considerar opciones o alternativas ecológicas de uso y, por supuesto, procurar aprovecharlo al máximo posible. Brindemos un ejemplo tan sencillo como el pescado que se compra en el supermercado o en un restaurante
Hay pescados que no están correctamente etiquetados, en donde no se sabe qué pescado es, de dónde vino ni de qué manera fue capturado. En este tipo de casos, lo ideal es no consumirlo ni comprarlo pues se estaría afectando, probablemente, una especie indispensable de un ecosistema.
La pesca excesiva induce a problemas para el medio ambiente y la salud. Para empezar, no existe data disponible que muestre cómo el pescado almacenado se encuentra en un estado saludable o si fueron pescados en una tasa sostenible. Después, hay algunos métodos de pesca que son fuertemente destructivos para las criaturas marinas o sus hábitats; por ejemplo, a especies en peligro de extinción tales como tortugas, tiburones o delfines. También, hay pescadores que usan métodos de captura masiva de peces, a los cuales avientan de nuevo al mar una vez que están muertos –o moribundos–.
A continuación te compartimos algunos ejemplares de los peces cuyo consumo NO es ecosustentable.