La matemática del amor es la prueba de que las relaciones duradera si se logran. Pocas cosas motivan más a la gente que el ideal de lograr establecer una relación exitosa y duradera. Aunque bien dicen que el amor perfecto no existe, y eso es verdad. Cada relación, para sobrevivir, debe superar diversas etapas, detrás de las cuales se esconde una matemática secreta.
Por lo menos eso es lo que el psicólogo John Gottman, autor de The Mathematics of Love, ha comprobado, con ayuda del matemático James Murray. Este peculiar dúo ha demostrado que el mundo abstracto de las matemáticas puede ayudar a comprender mejor que él, a veces irracional, mundo del amor. ¿Cómo? A través de un modelo que mide la interacción y la influencia que ocurre durante las conversaciones o discusiones entre una pareja dada. La herramienta es tan útil que Gottman, quien ha dado consejo a más de 3,000 parejas, la ha implementado en sus terapias.
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El modelo matemático de Gottman y Murray
devela una ciencia del amor hasta ahora desconocida.
Pareciera improbable poder llevar a algo tan apasionado como el amor a instancias tan frías como la matemática. Pero para realizar este modelo, Gottman partió de las emociones. ¿Cómo las midió? A través del examen minucioso del comportamiento de cada pareja. Gottman realizó para ello un cuestionario resaltando las fortalezas y debilidades más comunes de cada pareja, las cuales derivó de las respuestas dadas por más de 40,000 parejas en sus terapias. Además recolectó medidas fisiológicas e información emocional a partir de expresiones faciales, por el comportamiento verbal y hasta por los tonos de voz.
Con toda la información recabada, Gottman y Murray realizaron un modelo capaz de identificar patrones y predecir el futuro de una relación con un 90% de eficacia. Descubrieron que las parejas con un bajo riesgo de separarse tienen más interacciones positivas entre sí, y las parejas con un alto riesgo tienden a ir en espiral hacia la negatividad, siempre asumiendo que su pareja tiene actitudes malas de forma arraigada. En cambio, quienes tienen más interacciones positivas tienen una mejor imagen general de su pareja.
Sumando beneficios, restando corazones rotos con la matemática del amor
Es así que este psicólogo ha podido visualizar con éxito, y gracias a su modelo matemático, las dinámicas que se repiten en cada matrimonio, a partir de elementos presentes en los primeros minutos de cada discusión en pareja. De esta forma Gottman puede medir el impacto de cada discusión y predecir diversas consecuencias. Lo más importante es que esto le ha servido para dar mejores y más acertados consejos, pues incluso ha encontrado que cosas que antes creía sobre las relaciones afectivas son contradichas por la matemática, como aseguró en “The Science of Love”. En esta conferencia, Gottman demostró que no es sólo un hombre de ciencia pues, como dijo:
El amor tiene una especie de magia. Nos lleva a hacer cosas increíbles.
Aunque esta curiosa correlación entre matemática y amor pueda despertar nuestra suspicacia, la matemática es un recurso útil para todos aquellos que insisten en que amar, hoy en día, es posible. No se trata de llevar este método hasta sus últimas consecuencias, sino simplemente de apoyarnos en la matemática para “reprogramar” nuestras emociones y nuestros corazones, para lograr así mantener relaciones estables –”mágicas”–, las cuáles son clave para el bienestar físico y emocional, e incluso para ser más longevos.
En última instancia, la regla de oro para tener relaciones afectivas largas y estables sigue siendo, para Gottman, la misma: mantener el cariño y la admiración más allá de cualquier diferencia o dificultad. Esto no es matemática, sino pura y simple empatía. Y no sólo le ha funcionado a miles de sus pacientes, sino al propio Gottman: su matrimonio lo demuestra. Así que estas son razones de peso para no ser escépticos ante esta curiosa combinación de ciencia y magia.