Un espectro enorme de grandes adjetivos se despliega ante nosotros si tratamos de describir a Kobe Bryant. Pero si tuviéramos que resumirlo en pocas palabras diríamos “mamba mentality” (mentalidad mamba), la filosofía espiritual que define y resume el éxito del exbasquetbolista.
Lejos de regocijarse en la fama eterna, la leyenda del deporte tomó el éxito de su carrera y lo utilizó con un mayor sentido de responsabilidad, el cual hoy en día podría aplicarse como una filosofía de vida, dependiendo de cuáles sean tus creencias.
La filosofía de Kobe Bryant es una inversión posdeportiva con valor personal y social que resuena en todo el mundo. La famosa “mamba mentality” es más que un compilado de frases motivacionales. Es una manera de pensar y actuar que convierte al ser humano en un especialista de sí mismo, sus habilidades y sus flaquezas.
La esencia del exjugador de la NBA se encontraba en la pasión. Es ese factor lo que nos mueve a conseguir algo, a dar mucho más de lo esperado, pero también a encontrar el equilibrio. Kobe relata en su libro Mamba mentality que a partir de observar una imagen extraída de un juego entendió la importancia del control de sí mismo y su entorno.
El exbasquetbolista analizó su postura, la fuerza, el equilibrio y su forma de desenvolverse, con el único objetivo de mejorar. Después de entender sus movimientos logró posicionarse en la cancha, tirar mejor, hacer una buena defensa, etcétera.
Pero no sólo dependía de él. Kobe desafiaba a los demás en cada jugada para comprender el comportamiento de los otros. Examinó los pros y contras de cada situación o persona. Realizaba una introspección para entender lo que sucedía y como resultado, mejoraba.

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Este es el enfoque clave de la “mamba mentality”: conocer el entorno, variar los enfoques y las posibilidades, aprender de lo que nos rodea y sacar lo mejor de eso en el momento correcto. Dominar nuestra mente nos convierte en líderes de nuestra vida y nos otorga el control de nuestras decisiones.
Lograr esto no es sencillo, se trata de trabajar internamente hasta saber utilizar nuestras habilidades y flaquezas. Transformarnos para ser mejores es un proceso que jamás termina, debido a que nuestro entorno está en constante cambio. Pero si algo demostró Kobe Byrant, es que hasta el final nosotros decidimos quiénes queremos ser y cómo queremos vivir el mundo.