En promedio, pasamos sentados 9.3 horas al día, en comparación con las 7.7 horas de sueña cada noche. Estar sentados es algo tan prevalente que ni siquiera ponemos atención en cuánto tiempo lo estamos haciendo. Y menos porque todo el resto del mundo lo hace.
Estudios de todo el mundo concluyen que las personas deberíamos sentarnos menos, ponernos de pie y caminar. Por ejemplo, se encontró que después de pasar 1 hora sentado, la producción de enzimas que quemas grasas declina en hasta un 90%. Periodos extensos de estar sentado reducen el metabolismo, afectan los niveles de colesterol, aumentan en 6% las enfermedades del corazón, 7% la diabetes tipo 2 y 10% el cáncer de mama y colon.
El sedentarismo y la obesidad son los males que hay que combatir en esta época, pues pueden conducirnos a la muerte. Se han discutido opciones como: estar de pie en la oficina, escritorios móviles, tomarse descansos para estirar las piernas o tener reuniones mientras caminamos.
Una de las ventajas de esta última propuesta es que representa matar dos pájaros de un tiro: si realizas tus juntas y reuniones en un parque o camellón, puedes escuchar mejor que en un restaurante o café atiborrado de gente; además hacen un poco de ejercicio. Por si fuera poco, los dispositivos móviles quedan guardados, pues uno no está ocioso sino que debe poner atención al camino y a lo que se dice, así uno no se distrae.
Finalmente, las juntas terminan con actitudes positivas: en parte por el ejercicio, porque se evita el encierro de un salón de reuniones, porque las ideas fluyen mejor, porque no nos sentimos aplatanados, etcétera.
Una propuesta es tomar un par de reuniones en la mañana, para comenzar el día con una buena caminata, y otro par en la tarde, para no sentir la pesadez después de comer y para llegar a casa con ideas frescas. Te ahorrarás muchos pesos en gimnasios, minutos para pasarlos con la familia, kilos alrededor de la cintura y decenas de otros problemas relacionados a la obesidad.
[gizmodo]