Esta Es La Razón Por La Que Podríamos Estarnos Comunicando Mal Todos

Esta es la razón por la que podríamos estarnos comunicando mal todos

Comprenderse el uno al otro es problemático. La analista belga Esther Perel nos dice que la clave de la buena comunicación está en este sencillo hábito.

La mala comunicación intensifica el conflicto en todo tipo de relaciones interpersonales. Hay un error que todos cometemos y es universal. La psicoterapeuta Esther Perel aconseja poner en práctica un discurso que hemos escuchado durante décadas: para ser escuchado correctamente, hay que aprender a escuchar.

 

Somos capaces de escuchar a otro sólo durante 10 segundos

Esta es la razón por la que podríamos estarnos comunicando mal todos

Según Perel, la mayor parte de las veces, cuando alguien se dirige a ti, después de tres enunciados has dejado de escuchar para empezar a elaborar algún tipo de respuesta. Esto quiere decir que en un diálogo o en medio de una discusión, ponemos atención únicamente durante 10 segundos, perdemos la atención en lo que nos tratan de comunicar y retrocedemos y nos enfrascamos en nuestro monólogo interior.

No hay peor crisis existencial que estar solo en presencia de otra persona. Esto es algo que Perel, terapeuta de parejas con muchos años de experiencia clínica, comenta y aborda en varios de sus libros.

Las “pláticas de sordos”, como explica Perel, ocurren cuando en una discusión cada persona entra priorizando su agenda y sus expectativas. Aprender a entrar de forma neutral en una conversación donde se trate de abordar un conflicto es un largo proceso de conocimiento personal.

 

Desacuerdo vs comprensión

Esta es la razón por la que podríamos estarnos comunicando mal todos

Hay conversaciones que desde el inicio van en la dirección de intensificar el conflicto, la disparidad, el desacuerdo; hay conversaciones que intentan intensificar la comprensión, o aún más, parten del deseo de encontrar una resolución.

Cuando las conversaciones se polarizan el camino es corto, estrecho y tal vez sin salida. Porque es ahí cuando todo lo que uno oye sólo da pie a reforzar la réplica, sin realmente escuchar y tomar en cuenta al otro. Esto, de acuerdo con la terapeuta y escritora, reproduce un patrón defensivo en el que se focaliza lo que uno tiene que decir en vez de integrar lo que el otro comunica.

 

¿Por qué no dejamos de repetirnos?

Esta es la razón por la que podríamos estarnos comunicando mal todos

Escuchar implica dejar que nos influya y nos toque o hasta conmueva lo que el otro dirige hacia nosotros. Porque si no, ambas partes de la discusión repiten una y otra vez argumentos sordos, sin encontrarse a medio camino. “Entre más digo X –comenta Perel– más provoco que repitas Y”. Así que soy yo quien te circunscribe a algo, y eso es exactamente lo que nos hace estar en desacuerdo.

Esto es de lo más común. Obviarlo evita la resolución del conflicto; aceptarlo es posiblemente una respuesta de apertura, de profunda comprensión.

¿Parece de locos? No ¿Diálogo de pericos? Un poco; nadie dijo que comunicarse fuera sencillo.

 

Expectativas y prejuicios que enmudecen al otro

Esta es la razón por la que podríamos estarnos comunicando mal todos

Toda relación está impregnada de expectativas. Las expectativas influyen en lo que oímos y decimos; son un filtro, como también lo es el estado de ánimo cuando ocurre un problema o desacuerdo. Las expectativas y las proyecciones intervienen en la comunicación, la mayoría de las veces, limitándola. Esto es algo fundamental para cambiar patrones estrechos de comunicación.

Los diálogos conflictivos y conversaciones tipo callejón sin salida ocurren por atribuciones que imponemos, es decir, juicios.

Si yo percibo cierto tono, te juzgo como alguien con “mal carácter” o “chocante”; pero si se trata de mi tono, matizo el juicio: “Es que estoy teniendo un mal día”. O sea, cuando se trata de los otros, juzgamos acciones; cuando se trata de nosotros, valoramos nuestras circunstancias… Solidificamos al otro, nos contextualizamos en nuestras intenciones…

 

¡No perdamos el hilo!

Esta es la razón por la que podríamos estarnos comunicando mal todos

¿Estamos perdiendo el hilo? ¡No exactamente! Pero esto da una idea de la complejidad de hablar y ser escuchado, de atender y responder.

Las discusiones no consisten en que alguna de las partes se convenza de algo que no comparte. Aunque parecen, las discusiones no son batallas (o son batallas perdidas, si no estamos dispuestos a escuchar).

Comprenderse es problemático; hace falta voluntad, tiempo y algo de sentido del humor para reconciliarse, incluso sin estar de acuerdo.

 

*Ilustraciones: Daehyun Kim, a.k.a. Moonassi

Total
0
Share