Interactuar con los demás hace que se expanda una de las fuerzas más portentosas que conocemos: las emociones. Esas emociones suelen corporizarse en nosotros, es decir, se expresan en movimientos, ya sea los más ínfimos gestos o movimientos –mejor conocidos como lenguaje corporal– pueden estar diciendo algo sobre ellas.
Sin duda, ese lenguaje corporal muestra muchas de nuestras emociones más obvias, pero también puede develar sentimientos que no nos atrevemos a nombrar o que no sabemos cómo expresar. Así, el cuerpo se vuelve el canal de comunicación del inconsciente, y puede estar hablándonos de enojo, tristeza, cariño, o incluso querer mostrar superioridad ante el otro.
Por eso el lenguaje corporal interesó a psicólogos como Carl Jung, pues la conexión mente-cuerpo se hace patente cuando examinamos lo mucho que nuestra mente canaliza a través del cuerpo, lo que se ha dado en llamar psicosomatización. Para Jung:
El cuerpo es meramente lo visible del alma, de la psique; y el alma es la experiencia psicológica del cuerpo. Así que es realmente una y la misma cosa.
Jung estudiaba incluso cosas tan particulares como la conducción de electricidad por la piel o los cambios en el patrón de respiración según las diversas reacciones emocionales de sus pacientes. También demostró, mediante pruebas y estudios, cómo se expresa somáticamente la asociación de palabras a ciertas cosas.
Por eso, para Jung la diferencia entre mente y cuerpo era artificial. El cuerpo es la concreción de la mente, y se vuelve un libro que psicólogos y psicoterapeutas deben leer con atención, porque cada tensión muscular, cada postura, es un elemento clave en la búsqueda por conocer más sobre la psique. Esto es algo que nosotros podemos hacer también, para conocer más sobre nosotros y quienes nos rodean.
¿Cómo leer el lenguaje corporal?
Según el equipo de E-motion Corporation, somos capaces de producir…
1000 posiciones corporales,
5 mil gestos con las manos
y más de 200 mil expresiones faciales
Sobre todas estas posibilidades, podemos ir aprendiendo poco a poco. Existen especialistas, como la psicóloga social Amy Cuddy, cuyo material podemos consultar en la red para entender más sobre el lenguaje corporal. Por lo pronto, estas son 10 posiciones o gestos y sus significados.
Frotarse los ojos
Esto puede querer decir que la persona no cree en lo que está haciendo en el momento. O puede ser señal de aburrimiento o cansancio.
Sentarse en la posición de catapulta
Esta postura es casi exclusivamente masculina y denota una posición relajada, pero también puede ser de confianza o incluso superioridad. Es probable que si alguien lo hace mientras hable contigo, quiera intimidarte.
Bajar la cabeza y la mirada
Puede ser señal de una actitud negativa; no sólo de tristeza sino, quizá, de enojo reprimido. Si la cabeza está muy abajo, puede ser que la persona esté ocultando algo o quiera guardar su distancia.
Cruzar los brazos en el pecho
Esta es una clara señal de que la persona frente a ti está a la defensiva. Es también una muestra de desacuerdo y escepticismo respecto de las palabras o acciones de los otros.
Elevar las cejas con rapidez
Un gesto que denota que la persona ya sabía de lo que se está hablando, o que algo le resulta familiar. Aunque también puede ser señal de miedo, cuando las cejas se mantienen elevadas por más tiempo, o de pena.
Dedos cruzados
Proyectan frustración o contrariedad, y deseo de intervenir en lo que se esté discutiendo.
Inclinar la cabeza hacia un lado
Cuando alguien ladea un poco la cabeza al escuchar a otro, significa que está poniendo mucha atención y hay un genuino interés. Además muestra confianza, pues el cuello descubierto queda vulnerable.
Sostenerse la barbilla
Suele ser un gesto de confianza, pero la persona puede querer mostrarse desafiante. Como sea, siempre es señal de fortaleza y autoestima.
Poner las manos en la cadera
Cuando ponemos nuestras manos así nos vemos más grandes, lo que demuestra que estamos listos para la acción y queremos demostrarlo con una posición amenazadora. Así que no importa cómo lo hagamos (o nos lo hagan): siempre significa agresividad, hacia nosotros o hacia alguien más.
Tener las manos en los bolsillos
Es señal de que se esconde algo, o que queremos decir algo pero no lo haremos.
* Fotos: Flora Maclean