Si algo no le puede faltar a un cineasta de la talla de David Lynch es creatividad. Como sabemos que muchos de ustedes pueden tener lapsos en los que pierden totalmente el impulso creativo, queremos recordarles (en palabras de Lynch) un excelente método para recuperar el instinto creativo: la meditación.
Uno de los aspectos más curiosos sobre la meditación es que es una actividad íntima, personal y muy silenciosa. Y curiosamente, estos son aspectos que comparte con el arte de la creación, donde el interior de nuestras emociones se vuelca en una obra o trabajo.
Toda creación comienza con una idea no necesariamente brillante. Este punto de partida es el anzuelo para ir revelando el resto de la obra y cultivar en el meditador o artista un mundo de ideas. Depende de nosotros aprovechar al 100% el proceso de creación.
Incluso, Lynch asegura que a través de la meditación es posible trabajar los sentimientos, tales como el miedo, la ansiedad, la depresión o la ira, los cuales pueden verse reflejados en un trabajo creativo.
La exploración interna, reconocer nuestras voces interiores y sus posibilidades nos ayuda a extraer las ideas más profundas y ancladas en nuestro ser. Y es que, a fin de cuentas, el trabajo meditativo se trata de tener claridad, de exprimir nuestra mente y traducirla a la realidad.
El poder de la meditación es ilimitado, así que aprovecha este ritual de inspiración y descubre cómo este trabajo interno transforma tu mente: