Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza.
Las “Instrucciones para llorar” de Julio Cortázar siguen vigentes, ahora a través del Ikemeso danshi o “guapo llorón”, un nuevo perfil de trabajo en Japón. El guapo llorón se encargará de ir a tu oficina, hacerte llorar y enjuagar amablemente tus lágrimas. Este es el comienzo de una nueva idea creada por Hiroki Terai, un empresario que está empeñado en lograr que los japoneses expresen sus emociones.
Llorar es un acto humano
Llorar es parte de lo que nos hace humanos. Aunque algunos animales son capaces de derramar lágrimas, los seres humanos son los únicos que lloran por cuestiones emocionales.
Siempre me han interesado las áreas escondidas de los seres humanos. Quiero que los japoneses lloren.
Con la idea de Terai, las compañías pueden elegir entre una selección de niños guapos llorones. Uno es un dentista que realiza esto como trabajo suplementario, y también hay un gimnasta, un director de funerales y un limpiabotas.
Si lloras en el trabajo (piensas) que tus colegas no van a querer tocarte, hay una imagen muy negativa. Pero sé que después de que lloras y dejas que la gente vea tu vulnerabilidad, puedes relacionarte mejor con otras personas y eso es bueno también para la compañía.
Diversas investigaciones han mostrado que las personas que lloran acompañadas tienen una mejor experiencia. Los individuos que buscan apoyo emocional en ese momento y lo reciben, muestran mejores resultados. Rocket Inc. contrató un servicio en el que las empleadas ven películas tristes con ellos hasta que lloran, y esto sólo por 7,900 yenes ($66 USD).
La idea de esta iniciativa es mostrar tu vulnerabilidad: cuando otros ven que ésta (supuestamente) acerca a la gente, se trabaja mejor como equipo. La mayoría de los videos que presentan se centran en mascotas enfermas o en relaciones de padre e hija, y parecen estar dirigidos a las mujeres.
En Japón no se llora
Datos del Estudio internacional sobre el llanto de adultos sugieren que, entre las 37 nacionalidades encuestadas, los japoneses son los menos propensos a llorar.
“Ocultar la ira y la tristeza se considera una virtud en la cultura japonesa”, dijo un psiquiatra japonés al periódico Chunichi Shimbun en el 2013.
En el caso de los adultos, el llanto se asocia con sentimientos de impotencia, pero en la actualidad no está claro si estos sentimientos provocan el llanto o si lo acompañan. El llanto es una forma universal de expresión emocional, pero también existen diferencias culturales en cuanto a la frecuencia del mismo.
Llorar es necesario, pero uno no debería tener que contratar a alguien para enfrentarse a sí mismo, a su propio dolor, emoción o sufrimiento. Es necesario aprender a llorar.