Apuntes Sobre La Cosmovisión De La Felicidad De Einstein

Apuntes sobre la cosmovisión de la felicidad de Einstein

Sobre cómo la felicidad es relativa (un invaluable consejo de Einstein).

Más allá de su agudeza mental para las matemáticas, y de sus exploraciones científicas en relación al cosmos y al tiempo, Albert Einstein fue un hombre que entabló diálogos partiendo de reflexiones esencialmente humanas. 

Si bien fue él quien arribó al descubrimiento de que la gravedad es inmanente a la materia –una de las contribuciones más importantes a nivel histórico–, existieron otros aportes en su línea del tiempo con igual, o tal vez mayor relevancia; por ejemplo, sus reflexiones sobre los procesos de la vida y la libertad del hombre, profundamente imbricadas con la imaginación.

La lógica te llevará de A a B. La imaginación te llevará donde sea.

Podemos aventurarnos a pensar, incluso, que sin dichas reflexiones Einstein no habría podido elaborar su teoría de la relatividad. A fin de cuentas, su elaboración requirió de un pensamiento libre y creativo, que no estuviese sujeto a los herméticos paradigmas científicos de la época. Aún más extraordinario es pensar que quizás esto lo llevó a elaborar valiosos consejos sobre algo tan simple y a la vez complejo de entender: la felicidad.

Apuntes sobre la cosmovisión de la felicidad de Einstein

La famosa carta que dejó como “propina” a un mensajero en Japón —y que recientemente se vendió por 1.33 millones de euros— es una prueba de lo anterior. Dicho mensaje reza:

Una vida tranquila y modesta trae más alegría que una búsqueda de éxito ligada a un constante descontento.

Apuntes sobre la cosmovisión de la felicidad de Einstein

La felicidad es relativa

Einstein —qué duda cabe— no fue un representante de la vida tranquila y modesta. En muchas ocasiones fue diagnosticado con un agotamiento que probablemente se volvió crónico, y su vida fue un trajín entre premios Nobel, clases universitarias y viajes a conferencias políticas. Pero, como todo genio, a veces entraba en contradicción con lo que pensaba y con lo que hacía.

No obstante, estas pinceladas de libre escritura –que dibujan una especie de “teoría de la felicidad”– en su cosmovisión, son fascinantes. Algunas sin duda estuvieron en comunión con sus acciones, pues para él la dicha estaba también en pequeños artilugios y momentos.

Una mesa, una silla, un plato de fruta y un violín, ¿qué más necesita un hombre para ser feliz?

Entre las notas del violín y los binomios del álgebra, el joven Einstein forjó un espíritu como pocos han poblado la Tierra, que lo hizo comprender a mayor profundidad la condición humana. Por eso admiraba a los herejes, pues dentro de sus concepciones —micro o macro— siempre estaban presentes nociones filosóficas, políticas, astrológicas y hasta espirituales, que también poblaron el pensamiento “herético” de muchos genios a lo largo de la historia y lo inspiraban hondamente.

Apuntes sobre la cosmovisión de la felicidad de Einstein

Pero además de su filosofía, las propias acciones de Einstein se encaminaban hacia una felicidad colectiva. Por eso también es posible decir que fue un hombre activo en la política, que abogaba por un socialismo democrático sin ídolos, y que veía en los ejércitos y en la guerra las manchas de la civilización. No era perfecto, pero sí era tan congruente como un genio de su talante podía ser.

No puedes culpar a la gravedad de caer profundamente enamorado.

Radical en todas las esferas de la vida, sobre todo cuando se trataba de hallar la felicidad en este universo, Einstein jamás desistió de sus motivaciones. Así como su teoría de la relatividad para la física, su teoría de la felicidad para la vida está sujeta a los cambios cotidianos que la realidad sufre, y que nos hacen experimentar un millar de sentimientos.

No cabe duda de que la felicidad es relativa. Pero si ponemos atención a las lecciones de Einstein y a su cosmovisión, veremos que esa relatividad, por lo menos en la vida cotidiana, es una ventaja, pues significa que nuestra realidad puede ser transformada y que podemos arribar a un estado físico y espiritual de plenitud y felicidad, dotándolo de creatividad, arte, amor y humildad.

 

* Referencias:

Einstein’s “Theory of Happiness” Teaches a Profound Truth

Total
0
Share