En 2014, la Organización de las Naciones Unidas –ONU– proclamó el 21 de junio como el Día Internacional del Yoga, esa práctica ancestral que fomenta el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu. Desde sus orígenes sánscritos hasta su popularización en Occidente, el yoga ha incentivado la unicidad a través de la experiencia consciente de lo corporal.
Para Narendra Modi, el primer ministro de la India, el yoga es un regalo invaluable de una tradición ancestral que incorpora la unidad entre mente y cuerpo, pensamiento y acción:
[Es] un acercamiento holístico valioso para nuestra salud y nuestro bienestar. No es sólo una actividad física; es una manera de descubrir el sentido de unicidad con uno mismo, con el mundo y la naturaleza.
Esta es una práctica milenaria que reconoce la corporalidad de la unidad entre mente y cuerpo, trayendo armonía entre la acción y el pensamiento.
Y es que a diferencia de otros tipos de actividad física, el yoga es un deporte que contribuye al desarrollo de la sensación de paz, liberando toxinas y estrés no sólo durante la actividad sino también en la vida diaria. Se trata de un cultivo de actitudes en balance y una dotación de herramientas de conducta y acciones.
El yoga ha tenido un impacto significativo principalmente en el tratamiento de trastornos emocionales como la ansiedad y el estrés –las enfermedades más comunes de la modernidad–. Entre los factores que más influyen en la incidencia de estos malestares –que fomentan, asimismo, condiciones físicas como obesidad, Alzheimer, enfermedades cardíacas, diabetes, depresión, problemas gastrointestinales, asma y problemas sexuales– se encuentra la incapacidad de regular los excesos de estímulos en la vida diaria, tales como los bombardeos del mundo digital, la sobreinformación que va cambiando en la inmediatez y un estilo de vida laboral muy ocupado.
La práctica de yoga aminora los síntomas de la ansiedad y el estrés a través de la toma de conciencia del cuerpo y la respiración, liberando la tensión emocional y física a través de las posiciones. De hecho, y según la data científica, los beneficios del yoga permiten usarlo como tratamiento y medida preventiva frente a numerosos malestares físicos y emocionales.
Hay cinco asanas que pueden ayudar a fomentar la calma y el empoderamiento frente a las circunstancias complejas de la vida. Te las compartimos:
Padangusthasana
Toma una posición recta, separando las piernas a la altura de la cadera. Eleva tus brazos, toma un respiro profundo y cuando vayas exhalando, dirige tu cuerpo hacia enfrente hasta tocar tu frente con las piernas.
Procura mover el torso y la cabeza como una unidad, evitando encorvar la espalda. Con tus dedos índices y de en medio, toma los dedos gordos de tus pies; si no puedes lograrlo, coloca las palmas de tus manos sobre tus pies –o metatarsos–. Asegúrate de no generar mayor presión de la necesaria en la espalda. Con una inhalación, eleva tu torso lentamente hasta alcanzar la posición inicial; con una exhalación, vuelve a bajar. Repite la asana cuatro veces o las que sean necesarias.

Padangusthasana
Prasarita Padottanasana
Es una extensión de Padangusthasana. Separa más tus piernas, generando un balance con la tierra. Conforme inhalas y fortaleces la espina, estira los brazos hacia el techo. Exhala, y dirige la parte superior del cuerpo hacia el suelo. Coloca tus manos en el suelo, bajando lo más que puedas. Sostén tus pies para doblar más hacia enfrente. Exhala suavemente cuando regreses a la posición inicial.

Prasarita Padottanasana
Supta Baddha konasana
Estando sentadx, presiona ambas plantas de los pies doblando un poco las rodillas. Mantén la espalda lo más recta posible, colocando las manos encima de los pies. Ahora, conforme exhalas baja lentamente hasta colocar la espalda en el suelo. Coloca los brazos en los costados para abrir el chakra del corazón y cierra los ojos y respira normalmente. Mantén esta posición durante 1 minuto hasta alcanzar 10 minutos.

Supta Baddha konasana
Balasana
La posición de niño es una de las que proveen mayor tranquilidad. Al llegar a la posición de Vajrasana, inhala y levanta las manos hacia arriba. Estira lo más que puedas, hasta que la frente alcance el suelo. Continúa estirando hasta sentir que la espalda se relaja, y vuelve a sentarte manteniendo una posición recta.

Posicion de niño
Viparita Karani
Antes de que empieces, asegúrate de tener dos bases firmes para tu soporte. Coloca la espalda en el suelo y lleva las piernas hacia la pared, llevando los pies en punta. Adapta el cuerpo hacia la pared para evitar que tu espalda duela. El objetivo es lograr un ángulo de 90º. Coloca las manos a los lados, con las palmas hacia el techo. Cierra los ojos y haz respiraciones largas. Mantén esta posición alrededor de 15 minutos.