¿Dejar de mirar la pantalla del teléfono? Si crees que eso es algo imposible, después de leer esto querrás tomarte unos minutos para dejar descansar a tus ojos. Esta cautivante luz azul que nos atrae, sin duda alguna es una bomba nociva para la vista.
Sabemos que tus ojos están cansados, que te arden e incluso ves borroso después de estar mirando una pantalla resplandeciente durante horas. Si cuentas con al menos uno de estos síntomas oculares, debemos decirte que la calidad de tu vista está en riesgo.
En un estudio publicado en la revista Scientific Reports, algunos investigadores decidieron analizar el proceso que desencadena la luz azul del teléfono en las células de los ojos y, aunque no hay que entrar en pánico, sí debemos preocuparnos. El profesor de química Ajith Karunarathne lo explicó de la siguiente manera:
“Las ondas de alta intensidad de la luz azul de la pantalla desencadenan una reacción química en las moléculas de la retina creando ‘especies químicas tóxicas’ que terminan matando las células”.
El daño es catastrófico, ya que estas células dañadas no vuelven a crecer. La visión puede verse afectada por la degeneración macular, una enfermedad que disminuye la claridad de la vista. Considerando que una persona pasa casi 11 horas al día frente a una pantalla, sin importar el dispositivo, es inevitable que estos daños sucedan.
A pesar de que esta investigación afirma que hay daño a las células, los oftalmólogos no están tan preocupados. La razón es el sol: gracias a esta enorme estrella, la luz de los dispositivos puede ser menos dañina. Pero si estabas creyendo que el sol lo resolvía todo tampoco te confíes, ya que la noche suele llegar y con ella, la oscuridad. Un cuarto oscuro y la luz azul de tu teléfono directa en los ojos es una mezcla que deberías evitar.
Algunos dispositivos ya cuentan con opciones de “luz de noche” para evitar la luz azul en momentos de plena oscuridad. Ciertamente, el mercado no ha ofrecido mucho para cambiar una pantalla azul dañina por un tono naranja más amigable con la visión. De esta forma, el futuro se inclina hacia una sola dirección: hagamos que las compañías produzcan dispositivos aptos para la vista, con colores menos nocivos y aptos para nuestras células.