La imagen del payaso no es reciente, desde tiempos medievales ya existían los bufones, personajes encargados de dotar de jocosidad la corte del rey. Hoy en día la función del payaso sigue siendo meramente social. A través de la exageración de sus rasgos físicos, vestimentas y cualidades histriónicas, los payasos buscan causar risas entre sus espectadores. Entonces, ¿de dónde surge el miedo a los payasos?
Los bufones y los payasos son casi como primos hermanos. A diferencia del bufón que su tarea era entretener al reino a través de la crítica social, el payaso es más bien un sobreviviente del personaje Vice (Vicioso) que aparecía en el género medieval de misterio. El Vice, tenía actitudes bromistas aunque engañosas, incluso se les conocía como mensajeros del diablo.

Arthur Saron
Hoy en día, se les sigue asociando a lo siniestro. No es casualidad que existan historias tan conocidas como la novela It de Stephen King, que retrata a una criatura malévola con forma de payaso que atormenta a un pueblo. Pero el miedo a los payasos es a priori a los tiempos modernos, ¿de dónde surge?
Imagen del payaso como disonancia cognitiva
Es una reacción intrínseca del ser humano, al mirar de frente a una criatura casi humana, aunque con rasgos sumamente distorsionados. Piensa en esas enormes narices rojas y el maquillaje que impide leer el lenguaje facial al que estamos tan acostumbrados. La incertidumbre de no saber qué hay detrás del personaje y la caracterización, nos vuelca de prisa en la desconfianza.
Además, la característica principal del payaso es su eterna sonrisa y a pesar de que asociamos la risa con una actitud positiva, nuestro cerebro sabe que es imposible mantenerla de por vida. Esto causa una disonancia cognitiva en la mente, que interpreta la sonrisa permanente como una anomalía.
La razón principal de que el miedo a los payasos sea tan común, es que no nos gusta lo extraño. Lo ya conocido se torna siniestro cuando se le agregan tintes distorsionados, causándonos una confusión mental que deriva en el miedo. Así, no es casualidad que la coulrofobia (miedo a los payasos), se posicione como una de las más recurrentes.

philippe jacquot