Pavimentar calles y darles mantenimiento es algo que vamos a seguir necesitando por los próximos años, así que mejor hacerlo de forma sustentable.
Al menos así pensaron en Vancouver, donde se está utilizando una mezcla de asfalto con una cera hecha con desechos de plástico como envases de jugo y champú.
Gracias a esta mezcla, el asfalto puede transportarse a menores temperaturas (121°C en vez de 320°C). La ciudad ha dicho que ahorra 20% de combustibles para calentar el asfalto. Además, esto implica menos emisiones en las plantas que producen el asfalto y en los camiones que lo transportan hasta el sitio que debe pavimentarse.
Este proceso se desarrolló en Europa en los 90’s y ya se ha adoptado en varios lugares de Norteamérica. Vancouver llevó el proceso a un nuevo nivel al agregar desechos de plástico en la mezcla, lo que además ayuda a reducir su viscosidad para que sea más fácil de aplicar y a menores temperaturas. Por si fuera poco, puede ayudar a la conservación del asfalto.
Hasta ahora, constituye sólo el 1% de la mezcla total, pero es mejor que esté en el asfalto que en los basureros o en el océano. Además, se está trabajando para que este porcentaje se eleve considerablemente.
Bien por Vancouver que sigue poniendo el ejemplo, que sigue creciendo como una de las ciudades más verdes.
[Co.EXIST]