En los últimos días el mundo ha experimentado una especie de fiebre cósmica gracias a la revelación de las primeras imágenes del Telescopio Espacial James Webb de la NASA. El presidente de los Estados Unidos, Joe Bide, fue el encargado de dar la primicia al mundo y horas después la NASA proyectó un total de cinco imágenes captadas por el telescopio más potente que haya tenido la humanidad y que promete un nuevo amanecer para la astronomía. Sin embargo, también se revelaron un par de imágenes del gigante gaseoso Júpiter tomadas por el James Webb que pasaron casi inadvertidas.
Horas después de que la NASA hiciera públicas las primeras imágenes del Telescopio James Webb, se publicó un informe del equipo responsable del observador cósmico que contiene dos imágenes nunca antes vistas del planeta Júpiter. El súper telescopio no sólo ha fotografiado objetos que se encuentra a años luz de nosotros, dentro y fuera de la Vía Láctea, sino que también ha puestos sus ojos en los planetas del Sistema Solar.
¿Qué se puede observar en las imágenes?
Las fotografías fueron tomadas por la Cámara de Cercanía Infrarroja (NIRCam) durante las fases de prueba del telescopio. Hay que recordar que para que el James Webb finalmente nos mostrara sus primeras fotografías, tuvieron que pasar diez meses desde su lanzamiento, en los cuales desplegó todo un ejercicio de calibración entre su espejo principal de 8.5 metros de diámetro y sus distintos sensores que lo acompañan.
Fue precisamente durante esta fase de prueba en donde se tomaron las imágenes del planeta más grande del Sistema Solar. En ellas se puede apreciar a Júpiter acompañado de su tenue anillo, posando junto a sus tres lunas principales: Metis, Teba y Europa. Pero además, también se puede apreciar la sombra de esta última justo a la izquierda de la Gran Mancha Roja.
Las fotografías demuestran la capacidad del Telescopio Espacial James Webb para rastrear objetivos en movimiento, incluso cuando existe luz dispersa de un planeta joviano brillante. Ambas son producto de una misma toma, la diferencia radica en que una es el resultado de la captación de longitud de onda corta, mientras que la otra capta las longitudes de onda larga.
¿Qué significan estas fotografías?
Aunque puede pensarse que la toma de Júpiter es una de las más sencillas, en realidad demuestra el gran potencial del telescopio al lograr captar con tal detalle al planeta brillante, acompañado de sus lunas y su anillo en condiciones de luz dispersa. Esto significa que el James Webb no sólo funciona a distancias largas para la exploración del espacio profundo, sino que tiene la capacidad necesaria para detectar objetos cercanos a la Tierra como asteroides o cometas.