El hombre, cuyo nombre se desconoce, pudo infectarse con la ameba después de enjuagarse los senos nasales con agua del grifo utilizando una olla neti, según el Departamento de Salud de Florida. Una olla neti hace subir agua por la nariz hasta la zona de los senos nasales. El 23 de febrero, las autoridades de Florida dijeron que el hombre se había infectado con la ameba y anunciaron su muerte el 2 de marzo.
N. fowleri es una ameba especialmente perniciosa, afirma Sutherland Maciver de la Universidad de Edimburgo, Reino Unido, y coautor de un artículo de 2020 en el que se cuestiona si la ameba era un “parásito emergente”, lo que significa que los casos serán más frecuentes en el futuro.
“Se introduce en las fosas nasales mientras nadamos y entonces la ameba penetra en la placa cribiforme hasta el cerebro”, dice Maciver. “Se llama ameba come cerebros, que es un apodo escabroso, pero bastante defendible”.
Maciver afirma que N. fowleri es una “infección devastadora para quien la contrae”, con una tasa de mortalidad del 96%. La infección es tratable, pero como los síntomas son tan parecidos a los de la meningitis y la infección por el parásito es tan rara -hasta 2020, sólo se han registrado unos 430 casos en todo el mundo-, a menudo sólo se diagnostica a las personas durante una autopsia.
Si un médico puede establecer que alguien tiene una infección por N. fowleri, puede intentar el tratamiento con el fármaco miltefosina. “No sabemos muy bien cómo funciona”, dice Maciver. “Probablemente tenga que ver con las membranas”.
N. fowleri prospera en masas naturales de agua caliente. “El agua tiene que estar a unos 30ºC casi permanentemente para que la ameba pueda competir con otras cosas en el agua”, dice Maciver. Los casos se concentran en EE.UU., dice, en parte debido a la elevada concentración de especialistas en el país capaces de diagnosticar con precisión la enfermedad. Esto puede exagerar la importancia del país como punto caliente de la infección.
“El otro punto caliente es Karachi, Pakistán”, dice Maciver, “porque Karachi tiene un sistema de abastecimiento de agua muy deficiente. Si se clora adecuadamente, no se tiene ningún problema, y además, lo que es importante, eso mata las bacterias de las que se alimenta la ameba.
Aunque las infecciones son raras, Maciver sugiere no nadar en aguas cálidas y abiertas, y recomienda especialmente no enjuagarse los senos nasales con agua. “Eso es un problema porque la violencia física de la acción puede comprometer la membrana mucosa de la nariz”, dice.