El hecho de haber tenido un momento ‘¡eureka!’, no necesariamente significa que en el futuro se guarde la satisfacción de haber encontrado la solución a alguna situación. Existen muchos inventores que luego de haber volcado su creatividad en grandes soluciones, finalmente se arrepintieron de sus invenciones debido al uso que se les dio. Estos son algunos de los creadores de distintos inventos que terminaron por arrepentirse de sus obras.
Robert Oppenheimer – La bomba atómica
A menudo se le atribuye la invención de la bomba atómica al gran Albert Einstein, sin embargo, esto está muy fuera de contexto. Es verdad que sin él la creación de la bomba no hubiera sido posible, ya que su ecuación E=mc2 describe cómo obtener grandes cantidades de energía, pero Einstein no se imagino que se usaría para crear una de las bombas más destructivas de toda la historia y mucho menos que se utilizaría sobre ciudades.
El verdadero creador de la bomba atómica es Robert Oppenheimer, director del Laboratorio de los Álamos durante la Segunda Guerra Mundial. En un inicio el físico no tuvo dudas de su creación y la forma en que se usó, incluso agradeció la oportunidad de participar en el laboratorio. Pero años más tarde cambió de opinión:
“No tengo remordimientos por la fabricación de la bomba… En cuanto a cómo la usamos, entiendo por qué sucedió y aprecio con qué nobleza esos hombres con los que había trabajado tomaron su decisión. Pero no tengo la sensación de que eso se hizo bien. El ultimátum a Japón estaba lleno de tópicos piadosos… nuestro gobierno debería haber actuado con más previsión y claridad al decirle al mundo y a Japón lo que significaba la bomba”.
Mijail Kalashnikov – AK-47
Otra de las armas que surgió en medio de la Segunda Guerra Mundial, fue el rifle que hoy en día conocemos como AK-47 (Avtomat Kalashnikova modelo 1947). Kalashnikov pertenecía al ejército ruso y durante sus batallas observó numerosas bajas entre sus compañeros y amigos, incluso él mismo resultó lesionado en varias ocasiones a causa de los enfrentamientos con el ejército alemán.
En medio de la guerra y desesperado por una forma más eficaz de defenderse, diseñó un rifle automático simple, que se ajustara a los métodos de producción en masa de aquel entonces y que además, tuviera un bajo costo de creación. El resultado fue el arma que describe el nombre de su creador y la fecha en que se creó su última versión.
Sin embargo, Kalashnikov no imaginó que su rifle no sólo se cobraría las vidas de los combatientes en batallas bélicas, sino que también se convertiría en el arma de asalto más utilizada en el mundo. En una carta al líder de la iglesia ortodoxa rusa en 2010, Mijail dijo:
“Sigo volviendo a las mismas preguntas. Si mi rifle se cobró la vida de las personas, ¿puede ser que yo…, un creyente ortodoxo, tenga la culpa de sus muertes, incluso si son mis enemigos?”.
Kamran Loghman – Aerosol de pimienta
Loghman trabajó para el Buró Federal de Investigación de los Estados Unidos durante la década de los 80. Durante su colaboración con el FBI ayudó a utilizar un químico conocido como gas pimienta como arma. También escribió una guía completa para los departamentos de policía en donde explicaba su forma de uso. Desde entonces el aerosol se ha utilizado incontables veces como un dispositivo de control por parte de la policía.
Su creado poco había comentado sobre su invención, hasta que en 2011 luego de un incidente en la Universidad de California, la policía roció el gas pimienta sobre un grupo de manifestantes pacíficos. Entonces Loghman dijo que “nunca había visto un uso tan incorrecto e inapropiado de agentes químicos”.
Bob Propst – El cubículo de la oficina
En la década de los 60, Propst introdujo un invento para reconfigurar los espacios de oficina durante su desempeño laboral como consultor para Herman Miller, una empresa mobiliaria. Su intención era brindarle a los trabajadores un entorno más flexible fuera de los laberintos de las ‘cuevas’ separadas en oficinas personales. Así, introdujo el concepto de una oficina de gran tamaño organizada con cubículos.
Sin embargo, las empresas vieron en el cubículo la oportunidad de ahorrar dinero en la construcción de sus oficinas y eliminaron por completo las oficinas individuales. Por esta razón Propst lamentó más tarde su invento, “la cubización de las personas en las corporaciones modernas es una locura monolítica”, dijo.
Ethan Zuckerman – El anuncio emergente
Los anuncios emergentes son una verdadera molestia cuando se navega por la web, pero existe un nombre responsable de que tus búsquedas se vean interrumpidas repentinamente con publicidad que bloquea el contenido completo de las páginas. Ethan Zuckerman trabajó como empleado del la compañía Tripod que se dedica a la creación de sitios web.
Ethan explica que en aquel entonces Tripod ofrecía sitios web gratuitos aunque llevaban ya cinco años intentando generar ingresos de alguna u otra forma. Al final encontraron una financiación en la publicidad y en el camino crearon “una de las herramientas más odiadas: el anuncio emergente”, dice Zuckerman en un ensayo nombrado ‘El pecado original de Internet’ que escribió para The Atlantic. “Lo siento. Nuestras intenciones eran buenas”, culmina.