No cualquiera puede observar las imágenes en 3D escondidas en estos simples dibujos. Cuando creemos que todos somos iguales, de pronto descubrimos ciertas habilidades que nos hacen únicos. Aunque ver imágenes en 3D sin anteojos no es un superpoder, sí tiene su magia.
Estas imágenes en 3D, mejor conocidas como estereogramas, tienen su truco. Son parte de una ilusión óptica que a todos nos gusta intentar percibir. Para lograr un estereograma necesitas una buena dosis de conocimiento, ya que no cualquiera puede generar uno de la nada.
¿Qué son y cómo funcionan estas imágenes en 3D?
Estas imágenes son dibujos tridimensionales ocultos en una imagen bidimensional. Se logran a partir de la manera en que los ojos y el cerebro construyen toda la estructura de una imagen. Por ejemplo, siempre que miramos algo los ojos captan una imagen ligeramente distinta de la que posiblemente es la real.
Puedes probar esta teoría al cerrar un ojo y luego el otro. Observarás que con cada ojo las cosas se ven diferentes. Esto sucede porque el cerebro procesa y superpone las imágenes extraídas por cada ojo y en ese proceso obtiene volúmenes, distancias, colores, etcétera.
En el caso de los estereogramas o imágenes en 3D, éstas esconden en su patrón dos imágenes similares con ligeras diferencias. El secreto está en que las imágenes se colocan de modo que, cuando el cerebro las interpreta, puedes observar las diferencias en volumen y profundidad.
Ahora, inténtalo y dinos si puedes ver las siguientes imágenes en 3D:
¿Pudiste o no?
Si lograste ver las diferencias de volumen en los estereogramas, eso quiere decir que tu vista está en excelente estado y trabaja en completa coordinación. Pero, si no pudiste ver el estereograma, ello no significa que lo estés haciendo mal.
En realidad, lo que sucede es que las personas con problemas visuales tienen mayor dificultad para que la visión trabaje en conjunto. En este sentido, quienes tengan severos problemas jamás podrán conseguirlo, y otros lo conseguirán con algo de práctica.
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