El ser humano está en constante búsqueda sobre sus orígenes. Esta constante indagación no sólo se adscribe a su ser, sino también a todo lo que lo rodea. La bóveda celeste es uno de los más grandes misterios que intentamos descifrar y empleamos grandes recursos para lograrlo, tanto así que una supercomputadora excava en los primeros fósiles de estrellas.
Hasta ahora no se han encontrado rastros de las primeras estrellas. Aunque, las teorías apuntan a que cobraron vida unos 100 millones de años después de la súper explosión del Big Bang. Esta primera generación de orbes galácticos tenían en su composición helio, hidrógeno y metales ligeros. Este hecho es intrigante para los astrofísicos que se preguntan de dónde salieron entonces elementos como el carbono y metales más pesados.
Para darle respuesta a este cuestionamiento, expertos emprendieron un viaje hacia la arqueología galáctica. A través de una supercomputadora exploraron los fósiles de las primeras estrellas para obtener una respuesta más clara del comportamiento de su composición y comportamiento de los elementos.
Desenterrando fósiles de estrellas
Los gases que conformaron la formación de las primeras estrellas se enfriaron y colapsaron. A su paso dejaron astros resplandecientes hasta mil veces más grandes que nuestro Sol. Entre más gases y material galáctico posee el astro, más rápido se consumen, lo que aclara la duda del porqué es casi imposible encontrar una estrella de primera generación perdida en el espacio exterior.
Chiaki, et al.
Cuando el ciclo de vida de estos orbes primigenios culminó, estallaron en supernovas lo que dio paso al surgimiento de un nuevo elemento; el carbono, que sembró la próxima generación de estrellas llamadas: Estrellas pobres en metales, mejoradas en carbono (CEMP por sus siglas en inglés). Esta segunda generación, es muy importante para los astrofísicos que las consideran fósiles galácticos que les ayudan en la búsqueda de respuestas sobre la formación de los planetas.
Gen Chiaki, investigador posdoctoral en el Centro de Astrofísica Relativista de la Facultad de Física de Georgia Tech, es el autor principal de este estudio por supercomputadora. Argumenta que en las simulaciones “Podemos obtener resultados de mediciones indirectas para obtener la distribución de masa de estrellas sin metales a partir de las abundancias elementales de estrellas pobres en metales”.
¿La revelación de fósiles cósmicos y nuestra esencia?
En su investigación publicada en la edición de septiembre de 2020 de Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, encontró que:
“Estas estrellas tienen un contenido de hierro muy bajo en comparación con las estrellas observadas con aumento de carbono con una milmillonésima parte de la abundancia solar de hierro. Sin embargo, podemos ver la fragmentación de las nubes de gas. Esto indica que las estrellas de baja masa se forman en un régimen de baja abundancia de hierro. Estas estrellas nunca se han observado todavía. Nuestro estudio nos da una idea teórica de la formación de las primeras estrellas”.
En pocas palabras, en miles de millones de años luz hemos viajado por miles de humildes teorías para encontrar una explicación a este entorno. Al final nos convertimos en forasteros en nuestro propio universo. Estas estrellas son fósiles de la esencia del universo y posiblemente sean pistas para entender cómo el cuerpo humano está conectado con los círculos de vida de la Tierra, los planetas y las estrellas.